
5 razones por las que todo triatleta debería voltear en piscina
Si ya la natación es el gran enemigo para muchos triatletas y se encargan todos los días de pegarse con el agua, imagínate si encima pedimos que aprendan a hacer el volteo o viraje cada vez que tocan pared.
Parece innecesario añadir más estrés a esta disciplina, pero hoy te vamos a contar varias razones por las que es interesante que aprendas esta habilidad.
Aprende en menos de 30 minutos y luego, perfecciona
Se puede aprender a voltear medianamente decente en 30 minutos o menos.
¿Acaso te parece demasiado tiempo de aprendizaje? Al principio no saldrá perfecto y habrá que pulir algunos matices técnicos. Pero si persistes e insistes, seguro que mejoras en pocas semanas.
Para empezar, el giro será más rápido que tocando la pared, así que todos aquellos que te sacaban tanta ventaja al voltear, ya no lo harán.
Mejora la propiocepción
Es una maniobra física que favorece tus habilidades propioceptivas. La propiocepción es la conciencia de saber dónde están tus miembros y tu cuerpo en el espacio, incluso cuando no puedes verlos.
Ganar habilidades propioceptivas te hace mejor atleta.

Fortalece el core
Es un buen entrenamiento de core. El giro implica pasar de una posición prona (tendido boca abajo) a una posición recogida para volver de nuevo a una posición prona.
Es decir, en cada largo de la piscina estás entrenando algo más que la natación. Ya verás como según van pasando las semanas, notarás que tu sección media (delantera y trasera) se irá fortaleciendo.
Sensación de velocidad y fluidez nadando
Notarás una sensación única de velocidad y fluir cuando hagas el giro y eso te permitirá sentir y llevar esa velocidad a la superficie mientras nadas.
Si acabas haciendo un giro medio decente en unas semanas, verás que empujas la pared a una velocidad superior a lo que viene siendo tu velocidad de natación.

Y como tu cuerpo está sumergido unos centímetros por debajo de la superficie, notarás la velocidad a través del agua por todo tu cuerpo. Una sensación única que conviene probar alguna vez.
Acabarás aprendiendo a llevar esa misma velocidad a tu brazada habitual, lo que te hará un nadador más rápido. ¿A que ya le vas viendo más sentido a esto del volteo?
Más competitivo
Te sentirás mucho más competitivo como nadador y no como alguien para el que el agua es un medio hostil.
Aprender cosas que hacen los maestros de un determinado deporte siempre es algo muy agradecido.
Espero que estas cinco razones para aprender a voltear te animen al menos a intentarlo alguna vez.
Ahora vamos con dos preocupaciones que siempre salen a relucir en todo entrenamiento en el agua con triatletas:
¿Tengo que voltear como triatleta?
Hay una creencia generalizada que comenta que voltear es hacer trampa para los triatletas.
Los giros o volteos en piscina es como hacer trampa al romper la cadencia de brazada porque los triatletas lo que necesitan es resistencia para nadar en aguas abiertas.
¡¡Los volteos no son trampa!! Los virajes o volteos te hacen nadar más. Es imposible simular completamente la situación de natación continua del día de la carrera si lo que haces a diario es coger aire cada vez que das la vuelta en la pared sin voltear. Además, las vueltas abiertas tientan a los nadadores cuando están cansados a pararse y coger aire.
¿Me voy a marear si volteo?
Preocupaciones físicas del tipo marearse, que te entre agua en la nariz o miedo a darte un golpe con la cabeza en el fondo de la piscina.
Todo este tipo de preocupaciones son más que legítimas, pero fácilmente superables cuando aprendemos la técnica del volteo.
Y recuerda: puedes aprender a voltear en tan solo 30 minutos de dedicación. Una vez aprendas a voltear, siempre sabrás cómo hacerlo. ¡¡Intenta voltear!!
Bonus track: más razones para voltear
Y si las cinco razones anteriores no te han acabado de convencer, aquí va alguna más:
Los volteos mejoran tu capacidad pulmonar. Como al voltear dejas de respirar unos segundos aproximadamente dos veces por minuto, expandes tus pulmones y caja torácica mientras acostumbras a tu cuerpo a contener la respiración aunque tus pulmones te estén pidiendo más aire.

Voltear es sinónimo de fluidez. Parar en cada largo es sinónimo de interrupción. Piénsalo de esta manera: ¿Cuál es el equivalente de no voltear corriendo? Pues más o menos sería lo mismo que perder el ritmo de zancada para saltar un obstáculo cada 30 segundos o saltar a dos piernas en lugar de correr.
Voltear te ayuda a coger ritmo como nadador. Hacer un buen giro, respetar la línea de flotación bien fuerte bajo el agua y sincronizar la salida con la siguiente brazada y respiración es una sensación que te gustará experimentar seguro. Para cualquier nadador, esta sincronización les ayuda a mejorar su sensación de cadencia nadando y el número de brazadas que tienen que dar en cada largo para un determinado ritmo.
Las vueltas tocando pared y girando suelen colocar al nadador demasiado alto y muy cerca de la superficie del agua, lo que impide una buena aerodinámica. Prueba a voltear y no te arrepentirás.