¿Por qué hay que entrenar la apnea para mejorar en aguas abiertas?
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¿Por qué hay que entrenar la apnea para mejorar en aguas abiertas?

Cualquier mínima ayuda para mejorar el rendimiento de los deportistas es bienvenida. Todos buscan pequeños trucos y resquicios para ganar esa décima que les puede coronar como vencedor de la competición. Los deportistas, sobre todo los nadadores, desarrollan la apnea con el objetivo de conseguir esa décima extra.

Lo primero de todo hay que definir qué es este concepto. La apnea es la capacidad para permanecer ausencia de movimientos respiratorios. Para nosotros, los triatletas, es primordial a la hora de alargar el momento de coger aire, que nos permite ubicarnos en el entorno en aguas abiertas, y al mismo tiempo escoger hacia qué lado queremos respirar de cara a buscar referentes en el horizonte.

Además, cuantas más brazadas demos sin respirar, más hidrodinámicos seremos, con lo que mejoraremos nuestros tiempos en el primero de los segmentos.

También es cierto que, pese a que puede aportar muchos beneficios, puede ser peligrosa sino se realiza con la debida precaución.

Beneficios de la apnea

La apnea puede realizarse de dos maneras: con el aire o sin aire en los pulmones

Si hay aire en los pulmones: El organismo se adaptará encaminado a ventilar la mayor parte de los alveolos pulmonares, cuando normalmente solo se utilizan unas zonas.

Si no hay aire en los pulmones: Este tipo de apnea facilitará el retorno venoso, en el que todavía queda parte del oxígeno.

En cuanto a los beneficios de la apnea, sin importar la modalidad están: 

Ayuda a nivel circulatorio: El cuerpo, al no llegarle el oxígeno correspondiente tiene que desarrollar una serie de adaptaciones para optimizar el rendimiento de éste. 

Mayor bombeo de sangre al cerebro: Un apneísta cuando desciende, el diafragma se contrae en el intento de respirar, lo que ayuda a que la sangre llegue de mejor manera al cerebro. 

Bajas pulsaciones: La frecuencia cardiaca se reduce hasta los 12-15 latidos por minuto, lo que ayuda a disminuir los problemas cardiacos a la hora de la práctica deportiva.

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Foto: James Mitchell // Red Bull Content Pool

En cuanto a los beneficios competitivos, la apnea en los nadadores les ayuda para ganar tiempo. Esta técnica les ahorrará algunos segundos en pruebas largas y décimas en las cortas. El estar debajo del agua durante más tiempo reducirá la ansiedad a la hora de hacer un volteo o la hora de salir con un grupo de gente numerosos como puede ser el inicio de una prueba de triatlón.

Otras consecuencias positivas de la apnea es la ayuda considerable para mejorar las capacidades de concentración, de bienestar y serenidad. La gente que la entrena afirma que se ven con mayor capacidad de tomar decisiones, te prepara para manejar mejor las crisis o para tener una mayor confianza.

Consejos para el entrenamiento de apnea

Relajación: Para perfeccionar esta cualidad el estado de relajación es lo óptimo. Es desaconsejable realizar el entrenamiento de apnea justo después de un entrenamiento de alta intensidad o de un día en el que cargues con demasiado estrés.

Coger el aire adecuado: No hay que hiperventilar o tomar aire muchas veces seguidas antes de ponerse a practicar la apnea. Confundes al cuerpo, creyéndole que tiene más oxígeno.

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Foto: Instagram // Sam Long

Contar con un apoyo que evite salir a la superficie: Si vamos a practicar la apnea pasiva con aire en los pulmones, debemos agarrarnos a las escaleras de la piscina o al bordillo para controlar que seguimos inmersos en el agua.

Entrenar junto con un compañero: Es importante la vigilancia en este proceso ya que podemos sufrir un episodio de hipoxia o trombosis.

¿Qué tipo de entrenamiento de apnea hay que hacer en triatlón?

El entrenamiento más habitual para mejorar en triatlón es el de, poco a poco, ir alargando las brazadas sin respirar. Así, te recomendamos que escojas los instantes posteriores al calentamiento, e incorpores una serie de largos en los que hagas, por ejemplo:

  • 25 metros respirando cada 3 brazadas.
  • 25 metros respirando cada 4 brazadas.
  • 25 metros respirando cada 5 brazadas.

Al principio, tendrás que trabajar sobre todo en cada tres, hasta que tu cuerpo se acostumbre. No recomendamos que fuerces para llegar a cinco, o incluso a siete, ya que entonces no estaremos relajados, hiperventilaremos, y será peor ya que influirá en la técnica de brazada.

Ante todo, tómatelo con calma y ve poco a poco.

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