
Ayuno intermitente, restricción calórica y pérdida de peso: la opinión del experto
Hasta ayer muy pocos aficionados habían oído hablar de Dan Plews. Pese a que este inglés afincado en Nueva Zelanda es el grupo de edad más rápido de la historia en IRONMAN Kona, ha sido la noticia de que se ha convertido en el nuevo entrenador de Javier Gómez Noya el que le ha hecho saltar a la fama.
Ahora que Plews pasa a entrenar a unos de los mejores triatletas de la historia, (también tutelará los entrenamientos de otro gallego, Pablo Dapena), es inevitable interesarse por el trabajo de este Doctor en Fisiología Deportiva con 30 años de experiencia en el mundo del deporte.
Así que empecemos por una de sus publicaciones más recientes, en este caso sobre un tema muy candente en nuestro deporte.
Ayuno intermitente y pérdida de peso
Dice Plews, y con toda la razón del mundo, que en esta época del año el de perder peso es uno de los mayores propósitos que nos fijamos. Bien "para aumentar nuestra relación potencia-peso o simplemente para adelgazar después de un poco de indulgencia festiva ganada con tanto esfuerzo".
El caso es que, en "un campo increíblemente ruidoso" como es el de la ciencia de la pérdida de peso hay una gran cantidad de métodos que funcionan.

Uno de ellos es el ayuno intermitente y es sobre el que Plews se interesa en esta ocasión. Concretamente comparte los hallazgos de un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bath (Reino Unido).
Este trabajo examinó específicamente los efectos del ayuno intermitente en la pérdida de peso y la composición corporal. El fin era "cuantificar los efectos del ayuno intermitente sobre la pérdida de peso y la composición corporal que son independientes de los efectos sobre el balance energético".
¿Qué quiere decir esto? Que trataron de averiguar si el ayuno intermitente produce efectos en la pérdida de peso y la composición corporal más allá de los que ya se consiguen con niveles similares de restricción calórica utilizando una dieta diaria tradicional que carece de ayuno.
El estudio
Sin entrar en detalles científicos, el estudio básicamente reunió a 36 participantes sanos y delgados y los asignó al azar a uno de los tres grupos experimentales durante un período de tres semanas.
En los diferentes grupos experimentales los sujetos se sometieron a:
- Un ayuno intermitente con una condición de balance energético negativo (-25% de los requerimientos diarios de balance energético cada dos días).
- Misma restricción calórica, pero distribuido por igual. Es decir, sin ayuno intermitente. Este grupo consumió el 75% de las calorías requeridas para el balance energético cada día.
- El tercer grupo hizo ayuno en días alternos, pero logró un equilibrio energético durante cada período de dos días, al no consumir calorías en absoluto seguido del 200% de los requerimientos diarios.
El estudio permitió a los investigadores conocer las consecuencias del ayuno en días alternos sobre la pérdida de peso, independientemente del balance energético.
Es importante tener en cuenta, tal y como apunta Plews, "que el diseño de este estudio no permite la aplicación inmediata a humanos del mundo real que viven libremente".
Básicamente porque se realizó bajo una serie de "controles experimentales estrictos" y con unas "formas relativamente extremas de ayuno intermitente".
El fin no es llevar a cabo estos procedimientos a la población común, sino "mejorar nuestra comprensión científica de los procesos de pérdida de peso en relación con el balance energético".
Los resultados
Tal y como se podía intuir, el grupo que se sometió a una dieta tradicional (75% de las calorías del equilibrio energético por día) perdió peso, hasta ~2 kg, que, casi en su mayoría, correspondían a reducciones en la masa de grasa corporal.
El grupo de ayuno intermitente que logró un balance energético negativo general también perdió peso, pero no hubo diferencias significativas en comparación con el grupo de dieta tradicional.
Lo que sí se encontró fue una pérdida significativamente menor de masa grasa corporal que el grupo de dieta tradicional. Es decir, parte de esta pérdida de peso parecía provenir de masa libre de grasa.
Y, en último lugar, el tercer grupo sometido a un ayuno intermitente sin un balance energético negativo no sufrió pérdida significativa de masa corporal general o masa grasa.
¿El ayuno intermitente no funciona?
Según los resultados de este estudio, parece ser que el ayuno intermitente no tiene efectos aditivos en la pérdida de peso superiores a los que se logran con una dieta tradicional de balance energético negativo.
Es más, "puede haber tenido efectos menos útiles en términos de pérdida de masa grasa y retención de masa libre de grasa", explica el entrenador de Javier Gómez Noya.
Sin embargo, dado que la investigación se llevó a cabo de manera rigurosa desde una perspectiva científica y experimental, "hay una serie de consideraciones al intentar aplicar estos resultados a personas que viven libremente en el mundo real".
Por un lado el ayuno intermitente utilizado en el estudio (cero consumo de energía en los días de ayuno) no es el habitual en la población común, que suele llevar enfoques de 16:8.
Este hecho podría haber interferido de manera diferente en la composición corporal, así como en el comportamiento durante la actividad física.

Otro matiz importante es que, "el ensayo se realizó en individuos delgados que pueden no estar metabólicamente muy incentivados para reducir la masa grasa". ¿Serían los resultados diferentes si las personas involucradas tuvieran sobrepeso o estuvieran sometidas simultáneamente un programa de ejercicio estructurado?
Como conclusión final, dice Plews que "si el objetivo es perder peso a través de la dieta, este estudio no nos dice que el ayuno intermitente no funcionará, sugiere que los efectos pueden no estar por encima y más allá lo que se ve a través de los enfoques dietéticos tradicionales".
La clave, parece ser, pasa por "generar un balance general de energía negativa".