
Todo lo que necesitas saber sobre la bursitis
La bursitis es, por desgracia, una lesión muy común entre deportistas de resistencia.
Esta dolencia, que en líneas generales no deja de ser la inflamación de las bolsas bursas, aparece en lugares donde existen puntos de rozadura como los huesos, músculos y tendones.
Hoy vamos a analizarla en profundidad, tratando de encontrarle remedio y, sobre todo, cómo retrasar su aparición.
¿Qué es la bursitis?
Como hemos adelantado, es la inflamación dolorosa de unas bolsas que reciben el nombre de bursas.
Estas son sacos pequeños llenos de líquido, normalmente de color azul, que reducen la fricción en las partes móviles de las articulaciones del cuerpo.
Básicamente, la bursitis dificulta el movimiento de los músculos, huesos y tendones lo que hace que no se pueda rendir al 100% en los entrenamientos y competiciones.
Es decir, la bursitis puede producirse cuando se repite de manera constante un ejercicio en una determinada parte de nuestro cuerpo.
Por lo general, suele localizarse en las rodillas, los hombros, codos, talones y dedos de los pies.
Tipos de bursitis
Existen dos formas de clasificar la bursitis: aguda y crónica.
La bursitis aguda hace que la articulación afectada presente un color rojizo. Es bastante dolorosa y suele aparecer cuando sufrimos alguna infección previa.
Por su parte, la bursitis crónica es básicamente una bursitis aguda que no ha sido tratada correctamente y en consecuencia, provoca inmovilidad en nuestros músculos y huesos con un dolor muy intenso y constante.

Síntomas de la bursitis
Los síntomas de la bursitis son múltiples. La gran mayoría son dolorosos y dificultan la realización de actividades cotidianas. Los signos más habituales suelen ser:
- Hinchazón.
- Aumento de temperatura en la articulación afectada.
- Enrojecimiento.
Cuando hacemos presión sobre la articulación afectada, también notamos un fuerte dolor y una mayor sensibilidad.
Por ello, es conveniente tocar lo menos posible esa parte de nuestro cuerpo para que el dolor no vaya a más.
De la misma manera, la bursitis también pude provocar dolor en aquellas articulaciones que se encuentran cerca de la zona afectada, tanto en movimiento como en reposo.
¿Por qué se produce?
La bursitis puede aparecer de manera progresiva o de repente y se desconoce a que puede deberse su origen en nuestro cuerpo.
Sin embargo, se sabe que la causa principal por la que aparece esta inflamación es el continuo uso de una articulación.
Repetir todos los días diferentes movimientos en una misma parte del cuerpo o hacer un esfuerzo continuo en un músculo o hueso puede hacer que aparezca esta infección.
Por ese motivo, la bursitis se suele dar, sobre todo, en aquellas personas que tienen trabajos muy exigentes físicamente y que obligan a realizar siempre un mismo movimiento en una parte concreta.
Los deportistas también pueden sufrir más fácilmente bursitis debido a que muchos deportes exigen trabajar y mover a diario determinados músculos y huesos.
¿Cómo podemos prevenir la bursitis?
Existen diversas formas de prevenir esta afección. Las medidas óptimas para ello son:
- Fortalecer los músculos.
- Evitar movimientos repetitivos y demasiado exigentes.
- Descansar adecuadamente después de tus entrenamientos.

¿Cómo puedo tratar la bursitis?
A pesar de que esta desaparece con el tiempo, hay maneras para hacer que sea menos dolorosa.
Para tratar la bursitis es necesario tomar antiinflamatorios orales. Los más comunes son los ibuprofenos, el paracetamol o las aspirinas, aunque existen otros muchos.
Aunque te ayudarán a reducir el dolor, es recomendable también aplicar hielo unas tres veces al día en la zona y dejar descansar a la articulación. Es bueno mantenerla en reposo, evitando movimientos bruscos.
En el caso de que padezcas bursitis alrededor de la cadera o en las rodillas, procura evitar estar de pie durante largos períodos e intenta reposar en zonas acolchadas, que sean cómodas para la articulación.