
¡Peligro! Así afecta a nuestra piel correr en verano
Entrenar en verano no es fácil: altas temperaturas, deshidratación, insolaciones... Si con todos estos riesgos no fuera suficiente, cuidar la piel de quemaduras es otro aspecto a tener en cuenta y que, de no hacerlo, puede darnos algún que otro disgusto.
En el siguiente artículo vamos a exponer las pautas que un runner debe tener en cuenta para cuidar su piel y los riesgos a los que ésta se va a enfrentar estando a temperaturas tan altas.
Riesgos de la piel si eres runner
El mayor problema al que se enfrenta nuestra piel al entrenar en verano, bajo condiciones climatológicas adversas, son las quemaduras.
¿Por qué se quema la piel corriendo en verano?
¿Cuántas veces teníais una tirada larga, se os ha olvidado daros crema, y a la vuelta parecíais un turista en plena Costa del Sol?
Aunque a tenor de esta frase parezca que no, la luz solar es beneficiosa para nuestro organismo, ayudando a fabricar la vitamina D, básica en la formación de los huesos.
Sin embargo, los rayos ultravioletas pueden jugarnos una mala pasada: en la capa epidérmica de nuesta piel (la más superficial), hay células que cuentan con un pigmento llamado melanina, encargada de proteger de esos rayos ultravioletas.
Para ubicarnos, son las responsables de que nos pongamos morenos con la exposición controlada y duradera.
Sin embargo, si salimos a correr sin protección, estas células son incapaces de gestionar tanto impacto de los rayos en la piel, pudiendo penetrar a las capas más profundas. Y ahí comienza el problema, dañando y matando otras células y pudiendo derivar en quemaduras profundas.
Pérdida de grasa facial
Además de las quemaduras, correr deriva en otra problemática importante: la pérdida de grasa facial, que deriva también en oxidación y pérdida de hidratación.
Sería un caso similar al de las personas que pierden peso de manera muy rápido.
El problema que subyace es el alto consumo de oxígeno que supone el running, acrecentado además por la demanda que supone hacerlo con más calor del que podemos encontrarnos en invierno u otoño.
Flacidez facial
Otro riesgo importante, aunque presente en cualquier momento del año, es el de la flacidez, derivada del constante impacto que supone el movimiento runner: un gesto (el de trotar) repetido durante una hora, supone mucha fricción para los músculos de la cara.
Condiciones climatológicas adversas
Además, un runner también debe tener en cuenta las condiciones a las que se enfrenta a la hora de salir a correr. La contaminación, el sol, el intenso calor y el aire están directamente en contacto con la piel.

Esto significa que debemos de estar constantemente protegiéndola y para ello es necesario la utilización de una buena crema o protección solar que evite que la piel sufra daños mayores.
Cómo cuidar la piel en verano antes de entrenar
Partamos de una obviedad: la necesidad de utilizar protección solar es innegable. Antes de una salida, ya sea a correr, ya sea en bicicleta, es necesario utilizar crema en todas aquellas partes susceptibles de recibir el impacto directo de la luz solar.
El grado de protección ya depende de cómo cada uno de nosotros produzcamos melanina: aquellos que no tienen mucha se quemarán más fácilmente, con lo que necesitan mayor protección, mientras que otros -que se ponen morenos con más facilidad- podrán ir a filtros más bajos.
Vaselina
Además en verano se suda más y puede provocar que se irriten zonas delicadas como los pezones o las axilas debido a la combinación de calor con sudor.
De ahí que convenga que, en las zonas interiores utilices vaselina.
En este sentido has de tener en cuenta que esta fricción de la ropa con las partes sensibles, acrecentada por el sudor, puede derivar en heridas sangrantes o en dermatitis.
Material deportivo necesario
Pero eso sí, la protección solar no va a ser lo único que necesites para cuidar la piel.
La utilización de gorras y viseras va a ser un complemento esencial para proteger la cabeza. Todos conocemos su función pero además, estas son muy transpirables lo que permite que el calor se evacúe durante el entrenamiento.
Además, has de salir con gafas de sol. Un buen par va a evitar que nos de directamente la luz en los ojos y evitará que se quemen pequeñas partes de la piel que se encuentran a su alrededor.
Además, gracias al uso de las gafas, también conseguirás tener una correcta visión durante el tiempo que corras, a pesar del intenso sol.
También debes tener en cuenta la ropa que utilices. En relación al punto anterior, si combinamos calor, sudor y un textil no adecuado, el resultado para nuestra piel puede ser desastroso.
Asegúrate de utilizar camisetas y pantalones fabricadas con materiales adaptados, transpirables y ligeros con los que evitarás rozaduras. Esto también incluye un correcto uso de calcetines.
Aunque no lo creas, en los pies en donde más se nota el exceso de temperatura y, por lo tanto, es necesario también utilizar calcetines especiales para running.
¿A qué hora entrenar?
Por último, ten en cuenta también el horario de tu entrenamiento. En otros artículos, y vídeos ya hemos visto que es importante que en verano, se entrene a ser posible en las horas menos calurosas.
Las primeras horas de la mañana o las últimas del día son las mejores para correr en verano ya que el sol y el calor no son tan intensos. De esta forma, tendremos menos posibilidades de que nuestra piel se dañe y evitaremos el riesgo de sufrir insolaciones.
Consejos para cuidar la piel después del entrenamiento
Lo primero que debes hacer según terminas de correr es ducharte lo antes posible. Es importante eliminar el sudor y la humedad ya que se pueden producir hongos o acné en nuestra piel.
También debemos aplicarnos crema una vez nos hayamos secado. Después de ducharnos es conveniente echarnos crema ya que ésta nos protegerá de la sequedad que el sol y el aire pueden provocar.
Conclusiones
Ya has visto: responder a la pregunta "cómo cuidar la piel en verano siendo runner" no es tan complicado: protección solar, material que te cubra la cabeza y las partes más sensibles, y al llegar a casa ducharte lo antes posible.
Además, si procuras entrenar en las horas de menos incidencia solar, hasta las nueve de la mañana o a partir de las ocho de la tarde, conseguiras mantener tu piel libre de la incidencia de la fuerte luz solar.