
Con los años no corres peor, corres distinto
Muchas cosas mejoran con el paso del tiempo: el vino, el queso o la experiencia son sólo algunas de ellas. Por desgracia, no sucede lo mismo con nuestra forma física, nuestra velocidad o nuestra fuerza. Y es que, como dice el refrán, "los años no pasan en balde".
Son muchos los aficionados al atletismo, o al deporte en general, que llegados a una edad deciden [forzosamente] dejarlo. ¿Los motivos? Por ejemplo, el que apunta Alan Couzens, uno de los fisiólogos deportivos más reconocidos del mundo.
"Es una locura la cantidad de ex-corredores mayores con los que me cruzo que dicen 'llegué a un punto en el que ya no podía correr más'", escribe Couzens en su cuenta de Twitter, donde reúne una comunidad que supera los 17.000 seguidores.
Sin embargo, este reputado experto le da la vuelta a la tortilla y muestra el trasfondo real de una situación así. Para él la frase sincera es "llegué a un punto en el que no podía entrenar con las mismas intensidades que cuando tenía 20 años".

El problema real reside en que muchas personas se niegan a aceptarlo. Pero, como apunta Couzens, "para estar en esto a largo plazo, tienes que estar dispuesto a cambiar".
En Planeta Triatlón ya hemos comentando en otras ocasiones la importancia de que nuestros planes de entrenamiento y objetivos sean flexibles. Es una de las claves para alcanzar el éxito a largo plazo: aceptar la realidad y saber adaptarse a ella. Y esto, no se atañe únicamente al plan de una temporada, sino también en el largo plazo de nuestra vida, porque estamos ante una carrera de fondo.
Uno de nuestros principales errores que cometemos al establecer objetivos es que estos sean demasiado rígidos. Si le preguntas a cualquier atleta joven, te dirá que quiere correr toda su vida, pero no todos lo consiguen. La causa principal es la rigidez, la incapacidad de adaptación.
Nadie puede impedir los estragos de la edad, pero existe medicina natural al alcance de todos. Sólo necesitamos aceptación y determinación por nuestro parte.
Que con el paso de los años perdamos algunos cualidades no significa que, llegados a un punto, debamos abandonar nuestra afición. De hecho, a medida que envejecemos, muchos de los beneficios del running cobran aún mayor importancia en nuestra salud: desde la sensación de bienestar, hasta el mantenimiento de un peso y grasa corporal adecuados, pasando por el control de lípidos y azúcares en sangre o reduciendo el riesgo de alteraciones cardiacas, diabetes e hipertensión.
Sí quieres que los años no destruyan tu pasión, aquí van algunos consejos fundamentales para no perder las ganas, las fuerzas ni la motivación:
Escoge el entorno adecuado
Puede que en tu juventud hayas sido un grandísimo corredor de marcas espectaculares. Pero, amigo, debes aceptar que eso nunca volverá. Ha llegado el momento de aceptar que ya no puedes correr para medirte con aquellos chavales con los que te medías antaño.
Encontrar personas con circunstancias afines es fundamental para evitar la frustración a la que se enfrentan muchos corredores. Entrenar y compartir tú día a día con atletas en igualdad de condiciones, entre los que aún puedas "pelear" será una fuente de motivación.

El descanso cobra mayor importancia
¿Te has dado cuenta que, con el paso de los años, los grandes deportistas cada vez compiten menos? Grandes estrellas como Rafa Nadal o Jan Frodeno escogen ahora sus actuaciones de una forma muy selecta.
Uno de los principales achaques de la edad es que el cuerpo pierde su capacidad de recuperación. La tolerancia del cuerpo al estrés físico merma y debemos saber adaptar nuestro entrenamiento y competición a ello. Si quieres ser corredor a largo plazo, cada vez deberás das más prioridad al descanso.
No olvides el trabajo de fuerza
Sabemos de sobra la importancia del trabajo de fuerza para lograr un buen rendimiento deportivo. Pero pocos saben que, con el paso de los años, se vuelve aún más fundamental.
Brad Cooper, cofundador del Catalyst Coaching Institute apunta que muchas personas no están dispuestas a "golpear las pesas para hacer frente a la pérdida de músculo", la conocida sarcopenia. Puede que durante un tiempo hayas sido capaz de correr a un determinado ritmo sin problemas, pero con el paso del tiempo los elementos extra son de vital importancia, señala este experto en salud y bienestar.
La alimentación sigue siendo importante
Cuando estamos en el punto álgido de nuestra carrera deportiva es fácil ser meticuloso y cuidar cada detalle. Sabemos que con un poco de esfuerzo podemos saborear el éxito y eso lo hace más llevadero.
Sin embargo, cuando nos lesionamos, cuando no tenemos objetivos a la vista o cuando hemos perdido cierto grado de motivación, tendemos a descuidar algunos aspectos. Por ejemplo, la alimentación.
Cuando envejecemos sucede lo mismo. Algunas corredores, lejos del estado de forma de antaño, tiran por la borda muchos de los esfuerzos de años atrás. Sin embargo, continuar con un estilo de vida y una alimentación saludable cobra aún mayor importancia.
Objetivos y motivaciones diferentes
Aceptar la realidad significa entender que con 60 años es improbable que superemos nuestra mejor marca de 10K (si somos corredores veteranos). Con el paso de los años las circunstancias cambian y con ellas debe cambiar nuestra perspectiva sobre correr.
Puede que ya no estés capacitado para pelear por tus MMP, pero hay un montón de motivaciones ahí afuera: prepararte para completar esa carrera que siempre quisiste hacer, competir en tu grupo de edad o simplemente mantenerte feliz y saludable (física y emocionalmente).