¿Cuál es la mejor combinación de platos en bicicleta?
A muchos ciclistas les surge la duda de cuál es la combinación ideal de platos en la bicicleta. Lo cierto es que la respuesta depende mucho del terreno en el que estamos entrenando o el tipo de pruebas a las que estamos más acostumbrados, e incluso de nuestra condición física.
Las recomendaciones más frecuentes no siempre se adaptan a lo que podemos dar o a nuestras características personales, por lo que analizamos, a continuación, los distintos escenarios ante los que nos podemos encontrar con la bicicleta y qué platos montar para cada uno de ellos.
En montaña o puertos
Muchos ciclistas de montaña montan un 34 delante y un 11 o 12 detrás. Sin embargo, cuando hay cuestas, un 34 puede apretar demasiado, por lo que un 32 podría ser la opción más acertada. Pese a ello, son muchos los ciclistas en BTT que optan por ese 34, e incluso 36 si hacen mucho llaneo.
En montaña o puertos, un 53 es demasiado, a menos que el atleta se encuentre en un estado de forma física extraordinario o se encuentre en una competición específica donde esté seguro de que va a darlo todo de sí mismo. Por eso, en estos terrenos, lo ideal sería montar un 50-34 o incluso bajar al 32.

En ruta
Cuando vamos en bicicleta de ruta, no merece la pena montar un 53-39, cifra que, por otra parte, hay quienes recomiendan. Pero el 53-34 podría costar un sobresfuerzo al ciclista, que al final podría ser incapaz de moverse con facilidad y su entrenamiento se convertiría en una auténtica pesadilla. Así, es preferible adaptarse y montar el clásico 50-34, para evitar ese sufrimiento innecesario cuando vamos en carretera.
De esta manera, las subidas te resultarán mucho más cómodas y el 50-34 te permitirá disfrutar más de las cuestas. Además, al ser un plato pequeño, se puede ajustar bastante bien.
En triatlón
Hace algún tiempo, se puso de moda montar un 53-39 en triatlón, pero ahora la cifra ha descendido y se suele observar más un 52-36, un plato más pequeño que nos permite un mayor margen.
Con un 53 en llano, podremos dar mucho más y en bajadas, tendremos más posibilidades de seguir dando pedales efectivos. Pero en subidas, durante una prueba de triatlón de larga distancia que es extraño que sea llana en su totalidad, habría que mover el 39. Por eso, en estos casos, es quizá más adecuado montar un 52-36.