
¿Por qué es importante el descanso entre temporadas?
Al terminar la última carrera del año, lo normal es encontrarnos en nuestro pico de forma física (o estar muy cerca de él), lo que puede tentarnos a continuar con el entrenamiento duro, pese a que ya no existen nuevos objetivos a corto plazo, para mantener ese estado de gracia.
Pero ¿y si descansando tuviéramos más posibilidades de rendir mejor y a más nivel que si no hubiéramos dejado de entrenar?
Jaime Menéndez de Luarca lo explicaba muy bien con una analogía en su cuenta de Instagram. "Cada año que entrenamos, el cuerpo, como la tierra, se agota y necesita un descanso para volver a sembrar y recoger", apuntaba este reconocido entrenador de triatlón.
El descanso entre temporadas debería convertirse, más que en una opción, en casi una obligación para todo aquel deportista que quiera rendir a largo plazo. Veamos cómo podemos enfocar este periodo tan importante y decisivo en nuestro rendimiento.
Quedarse con ganas de más
"A mí me gusta terminar las temporadas, como deportista y entrenador, con sensación de que quizás podríamos haber optado por un dorsal más, y sin embargo detenernos ahí", explica el entrenador de Sara Pérez.
Aunque pueda parecer algo contraproducente que, justo en el momento en el que nuestro cuerpo está rindiendo al máximo, tomemos la decisión de dejar de entrenar, existen algunas razones importantes detrás de esta determinación.

El primero y uno de los más importantes reside en el factor motivacional: entrenamos mejor cuando tenemos ganas de entrenar, y una larga temporada de estrés (físico y psicológico) puede hacernos olvidar temporalmente el por qué entrenamos. Al descansar unos días, volveremos a sentir ese impulso de coger la bici o salir a correr.
También hay que tener en cuenta que descansar no quiere decir que nos volvamos sedentarios y descartemos la actividad física. Al contrario, lo mejor que podemos hacer es reducir en gran medida el volumen, e incluso la frecuencia de entrenamiento, pero realizar actividades u otros deportes que nos diviertan y que cuando empieza la temporada no tenemos tiempo de hacer.
¿Cuánto tiempo?
Luarca apuesta por dedicar "dos semanas, tres como mucho" a "cualquier cosa que no sea nadar, pedalear por asfalto o correr". ¿El objetivo? Que tras esos 15 días de "no perseguir ninguna rutina" podamos "volver con ganas de diseñar un nuevo calendario del que luego podremos cumplir algunos objetivos y otros no".
Descansar más tiempo puede ser recomendable si se ha llegado a un punto extremo de agotamiento, pero "nos aleja de la constancia necesaria del deporte de resistencia y hace que volver sea cada año más difícil", comenta Jaime.
Descansamos para elevar nuestro rendimiento cuando volvamos a entrenar duro, es un descanso con perspectiva de futuro, entendiéndolo como un requisito para nuestra meta a largo plazo.
¿Y si no quiero perder demasiado el estado de forma?
Algunos deportistas no son partidarios del descanso total y no se sienten cómodos retomando los entrenamientos más tarde con un estado de forma más bajo. Para ellos, existen estrategias que nos pueden ayudar a no perder la forma física entre temporadas.
El volumen de entrenamiento se puede reducir hasta en un 90% y la frecuencia hasta un 70%, siempre y cuando el tiempo de descanso no sea más de 10 días (15 si la fatiga psicológica es muy alta).

La intensidad es clave
Como ya hemos mencionado, no debemos cesar por completo toda nuestra actividad, sino reducir el volumen y la frecuencia de los entrenamientos. Sin embargo, según Hickson et al., (1985), mantener intensidades elevadas nos puede ayudar a mantener la potencia aeróbica durante este periodo.
El estudio demostró, dentro de un grupo de ciclistas, que aquellos que realizaban una sesión de HIT cada semana aproximadamente, pudieron mantener e incluso mejorar su estado de forma, mientras que el otro grupo, que entrenaba igual, pero sin las sesiones de HIT, vieron una bajada drástica en su rendimiento.
Por ello, llevar a cabo al menos un entrenamiento de alta intensidad cada 7-10 días puede ser interesante. Además, algunos deportistas optar por colgarse un dorsal en circunstancias diferentes a las habituales para lograr mantener ese punto de exigencia: una prueba de ciclocross o un cross son opciones habituales en los meses invernales.
¿Qué conclusiones podemos sacar?
Muchos de los grandes triatletas y corredores del mundo realizan descansos de entre 15 días y cuatro semanas. El doble campeón olímpico de maratón, Eliud Kipchoge, puede llegar a estar hasta un mes entero descansando después de cada maratón, lo que hacen casi dos meses de descanso completos en el transcurso de un año.
Debemos buscar nuevas formas de ejercitarnos y que despejen nuestra mente de la ansiedad que supone la competición, intercalando sesiones de alta intensidad durante un periodo que no exceda las dos semanas.
El descanso es importante para recargar las pilas, tanto a nivel físico como anímico, pero con perspectiva a largo plazo, sin perder de vista nuestro objetivo, que es llegar lo mejor posible a nuestra próxima carrera.