
Desgaste de las zapatillas de correr: aprende a cuidarlas para una larga vida
Si tienes pensado mañana, pasado mañana o la semana siguiente empezar a salir a correr, tranquilo. No salgas a darle zapatilla con las primeras deportivas que encuentres por el suelo del recibidor. La elección de la zapatilla de running puede tener similitudes a la hora de seleccionar unos neumáticos para un coche.
El mundo del equipamiento deportivo no para de pegar giros de 180 grados en cada instante. Las últimas tecnologías han sido un enorme apoyo para la innovación de las zapatillas, en busca de dos aspectos básicos como son la ligereza y la comodidad.
De las zapatillas mixtas al sistema boost
Las zapatillas deportivas, durante los primeros años de este siglo, se clasificaban según las siguientes características: zapatillas amortiguadas, medias o mixtas. En concreto, las zapatillas mixtas contaba con un tacón finísimo y con una ligereza extrema. Eran las ideales para correr en pistas de atletismo.
En el año 2013, la empresa alemana de ropa deportiva, Adidas, lanzó al mercado un calzado para el running que incluía el sistema boost, toda una revolución por entonces. Los modelos anteriores a esta invención de la marca germana contaban con una durabilidad de 700 kilómetros en el mejor de los casos. El sistema boost fue un paso más allá respecto a este ámbito.

La durabilidad de las zapatillas con sistema boost se estimaba en unos 1.000 kilómetros. Algunos expertos, como nuestro compañero JuanP Vázquez asegura el desconocimiento de la duración real de este tipo de calzado: "No se sabe cuánto dura. Están elaboradas de una masa dura que permite aguantar, seguro, más de 1.000 kilómetros".
Pero como nada puede ser perfecto, el sistema de Adidas tiene un fallo en algo tan importante en el running como es la velocidad. La resistencia de las zapatillas resta ligereza a las mismas, por lo que puede resultar pesadas en mitad de una competición.
Toma nota: estos son los 3 aspectos principales para alargar la vida de tu calzado deportivo
La evolución de la tecnología ha permitido crear zapatillas donde las variables ligereza y comodidad están alcanzando su perfección. Pero, como decimos en párrafos anteriores, la duración del calzado está supeditada a un mínimo contacto para quedar inservibles. Estos son los tres aspectos sobre la resistencia de las zapatillas:
- Peso del deportista: la gente con un elevado peso no desgastará la suela de la zapatilla de igual forma que una persona con un peso de 60 kilos, por ejemplo. La opción lógica para la gente con un peso de 90 kilos o superior será optar por zapatillas con un soporte duro, aunque ese calzado no sea tan liviano.
- Técnica de carrera: la forma de atacar el suelo también tiene mucho que decir en temas de desgaste. La suela de la zapatilla, sobre todo en los modelos recientes, es minimalista y reforzada en lugares específicos. Si tu técnica no va en consonancia con la configuración de la suela es normal que el desgaste se produzca en un período de tiempo más corto que el recomendado por la marca.
- Kilómetros de uso: las fábricas de calzado establecen una "fecha de caducidad" a su producto. ¿Esto significa que hay que desechar las zapatillas y tirarlas a la basura una vez que cumplan con una cantidad X de kilómetros? Por supuesto que no. El precio de unas zapatillas deportivas no suele ser económico para un ciudadano medio como para ir desechándolas a diestro y siniestro. El consejo es usar las más desgastadas para un tipo de entrenamiento concreto y las más nuevas para competiciones y entrenamientos previos para esa prueba.
- Material de los nuevos modelos: la suela no está siendo el principal motivo de la corta duración de unas zapatillas. La búsqueda de la ligereza está provocando que cualquier enganchón con una rama, en sesiones de campo a través, o un tropezón puede dejar inservibles unas zapatillas.

Como consejo final, lo recomendable es tener dos o tres pares de zapatillas e ir desgastando todas, seleccionándolas para entrenamientos rutinarios, específicos o para las competiciones. Ah. Y ni se te ocurra dejar "olvidadas" unas zapatillas en el fondo de un armario.
Este hecho tendrá consecuencias negativas para el producto como que los pegamentos que unen los componentes de las zapatillas se irán degradando y el material de la misma también. Otra de las prohibiciones es guardar las zapatillas con humedad o con restos de suciedad.
Para dejar las zapatillas completamente secas debe introducirse papel de periódico o de cocina que absorba la humedad interior. Conservar la caja de zapatillas, y los cartones típicos de un modelo a recién estrenar, es de utilidad para no deformar la horma y conservarlas durante más tiempo.