
La mayor victoria de Diego Van Looy: "En un accidente así, con esas lesiones, lo normal es morirse"
Fue campeón del mundo de Duatlón de Larga Distancia (2019) y, un año antes, había logrado el triunfo en Alpe D'Huez, uno de los triatlones más reconocidos -y duros- de toda Europa. Pero la mayor victoria de Diego Van Looy ha llegado a sus 32 años.
Hace 18 meses, Diego fue atropellado por un camión a 60km/h cuando entrenaba en Petra, Mallorca. Van Looy fue hospitalizado con múltiples fracturas y los médicos pronosticaron que nunca volvería a competir.
El triatleta belga fue hospitalizado de inmediato en el Hospital de Manacor, donde se sometió a dos cirugías de cuello y de espalda. Se había fracturado tres vértebras cervicales (C1, C2 y C4), cuatro vértebras torácicas (T7, T8, T9 y T10), además de varias costillas que le provocaron un neumotórax.

"En un accidente así, con esas lesiones, lo normal es morirse", explica el triatleta belga en una entrevista concedida a Marca, pero Van Looy luchó como nadie contra un pronóstico que el paso del tiempo se ha convertido en desacertado.
No sólo ha esquivado las parálisis habitualmente asociadas a las fracturas cervicales (tetraplejia completa o parcial, pérdida de movilidad en extremidades superiores, inferiores…), como explica Alberto Ortega en Marca, sino que también ha vuelto a sentirse deportista.
Abandonar nunca fue una opción
"Me decían "Diego, déjalo", pero yo quería volver a intentarlo". Dicen que 'la pasión mueve montañas' y este deportista es el claro ejemplo. Pudo haber optado por decir adiós, pero quiso continuar con una vida marcada por una gran exigencia y poca recompensa. "Evidentemente, los triatletas no somos futbolistas, no nos dedicamos a esto por dinero, es la pasión la que nos mueve", confiesa.
Lo tuvo claro desde el primero momento. "En cuanto dejé de sentir dolor comencé a entrenar, a los cinco meses me subí a la bici de nuevo y medio año después salí a correr", comenta.
El pasado verano, tras someterse en junio a una tercera y última operación que puso fine al proceso quirúrgico con la retirada de los últimos clavos que sostenían su columna, Van Looy empezó a ver que su regreso estaba cada vez más cerca.

"Me sentía muy bien, los días de frío notaba alguna secuela, sobre todo en las costillas, pero veía que podía sostener ritmos altos como antes del accidente". En diciembre del pasado año, Diego firmó uno regreso deportivo inesperado: paró el crono del Maratón de Málaga en 2h32'47", en un día vetoso y pasado por agua. Pero eso era sólo la antesala de lo que estaba por venir.

Regreso al triatlón con victoria en ISRAMAN
Este fin de semana, Van Looy volvió a colgarse un dorsal en Eilat (Israel) y volvió a sentirse triatleta con el mejor desenlace posible: 9h43'43” y victoria en ISRAMAN. Él ya había ganado anteriormente en la modalidad de media distancia, pero hacerlo ahora en los 226 kilómetros, menos de año y medio después de su atropello y en un día en el que sólo cruzar la línea de meta ya era una victoria, es algo de ensueño.
Un triunfo que Diego espera le abra puertas. "Lo que me deparará el futuro sigue siendo una gran pregunta", dice a Nieuwsblad un triatleta que ahora busca patrocinadores para dar continuidad a su carrera. "Mi contrato de patrocinio con Specialized ha terminado. Ahora tengo que buscar patrocinadores ante todo. Ya he probado lo suficiente. Esperemos que haya alguna respuesta de ese lado después de esta actuación”.