
¿Cómo afecta cada dieta a la composición de la microbiota?
La microbiota intestinal, comúnmente conocida como flora intestinal, se refiere al conjunto de bacterias que habitan en el intestino. Gracias a la existencia de estos microorganismos, se puede desarrollar el sistema inmune, tanto para la conducta humana y el estado de ánimo.
En el intestino las bacterias abundantes son los Firmicutes, Bacteroidetes y Actinobacteria. Esta proporción de la presencia de bacterias puede variar en función del tipo de dieta que siga cada persona. Un estudio se ha encargado de comprobar los efectos de los hábitos alimenticios en la composición de la microbiota.

Tipos de dietas y consecuencias en la microbiota
- Dieta basada en animales: el incremento de ingesta de grasas animales produce una alteración de la microbiota. Al llevar un consumo alto de productos como carnes o pescados, se incrementan los niveles de lipopolisacáridos y el N-óxido de trimetilamina. También se produce una reducción de ácidos grasos de cadena corta, lo que podría aumentar la inflamación.
- Dieta basada en plantas: la producción de ácidos grasos de cadena corta es mayor. Debido al incremento de estos ácidos, se eleva la proporción de Bacteroides y Prevotella, mientras que las existencias de Firmicutes son menores.
- Dieta mediterránea: los expertos la recomiendan por ser la opción más equilibrada, por el momento. Se generan los ácidos grasos de cadena corta necesarios y aumentan los Bacteroides. En esta dieta, la disminución de la bacteria Escherichia Coli es evidente, por lo que problemas intestinales como la diarrea son mucho menores.

¿Qué ocurre con los diferentes compuestos de los alimentos?
- Fibra: de los nutrientes principales, la fibra es el componente que alimenta de forma más directa a la microbiota intestinal. Al consumir fibra los miles de millones de microbios están bien alimentados, sobre todo los Firmicutes y Actinobacterias. Una ingesta mayor de fibra se relaciona con ácidos grasos de cadena corta.
- Inulina: es una clase de fibra prebiótica (fibra vegetal especializada), cuya función es actuar como un fertilizante del crecimiento de bacterias sanas en el intestino. Las frutas y verduras son alimentos ricos en este tipo de componentes. La inulina es responsable del aumento de producción de ácidos grasos y la estimulación del Bifidobacterium.
- Almidón resistente: se trata de una parte del almidón que no es digerible y llega, de forma intacta, al colon. En esta zona del cuerpo es fermentado y este proceso es fundamental para el mantenimiento y el desarrollo de la población bacteriana de la microbiota intestinal. Sobre todo, el almidón resistente, es eficaz para elevar los niveles de butirato, que es de ayuda para combatir las enfermedades inflamatorias intestinales.
- Polifenoles: los polifenoles no solo guardan beneficios para la microbiota intestinal, también tiene aspectos positivos para las plantas como formar parte del sistema de defensa frente a patógenos. Para los humanos los polifenoles sirven para rebajar la oxidación e incrementar las reservas de Bifidobacterium y de Lactobacillus. Patógenos dañinos para el cuerpo como son la Escherichia Coli y la Enterobacter también se ven reducidos.
- Trimetilamina: este componente se genera a partir de un consumo excesivo de carne roja. Tiene relación con la inflamación y enfermedades como la diabetes de tipo 2. Comúnmente, la trimetilamina está más presente en sujetos con obesidad o sobrepeso.