
Dos españoles en el Mundial de Natación en aguas heladas
La locacidad rusa de Múrmansk ha acogido durante estos días el mundial de natación en aguas heladas. Concretamente se ha disputado desde el pasado jueves, 14 de marzo hasta hoy domingo. Para aquellos que no estén habituados a esta disciplina tan poco común entre nadadores convencionales, se trata de un deporte extremo que se desarrolla abriendo un hueco en un lago helado al que puede llamarse piscina, cuyas dimensiones son 25 metros de largo por 35 metros de ancho.
¿Y por qué se desarrolla esta prueba precisamente en Múrmansk ? Pues porque situada en el extremo noroeste de Rusia, esta ciudad se encuentra en la desembocadura del río Kola y está próxima a la frontera rusa con Noruega y Finlandia, en la región de Laponia. Se ubica a 2.345 kilómetros al sur del Polo Norte y es la mayor ciudad del mundo al norte del círculo polar ártico. La temperatura promedio de Múrmansk en invierno es de -16 °C, por lo que no hay duda de que era el mejor sitio para celebrar un mundial de natación en aguas heladas.
Un total de 400 nadadores compiten en unas frías aguas que rondan los 2 y 5 grados y donde los bloques de hielo son lo más habitual. Los participantes no utilizan trampolín en la salida por el impacto que podría suponer entrar en aguas tan frías. Se meten por una escalerilla hasta ocupar su calle. Los volteos tampoco están permitidos, ya que en un giro a tan baja temperatura la circulación sanguínea en la cabeza podría sufrir un duro choque. Y el atuendo oficial es bañador convencional y gorro, prohibido neopreno.
Dos españoles en el Mundial de natación en aguas heladas
En el Mundial de natación en aguas heladas las distancias que se disputan son 50, 100, 200, 500 y 1.000 metros; y relevos de 4x50 y 4x250. Y en la prueba de un kilómetro, dos españoles, Mario Fernández y Diego López, con temperatura ambiente de cinco grados bajo cero, afrontaban la prueba en la que muchos nadadores sufren hipotermias.
Mario Fernández ha terminado la prueba en 14 minutos y 41 segundos y sexto de su categoría. Lo difícil también era salir después de la piscina. "El agua estaba muy fría, enseguida perdías la sensibilidad", cuenta el español. "Te meten después en la sauna. Ahora he salido y estoy recuperado una hora después". Por su parte, el canario Diego López vencía su categoría.
Una disciplina que se valora incluir en los Juegos Olímpicos de invierno que en 2022 se celebrarán en Pekín.