¿En qué momento hace falta usar plantillas?
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Salud y Nutrición / ¿En qué momento hace falta usar plantillas?

¿En qué momento hace falta usar plantillas?

Pronador, supinador, pie plano, pisada neutra… cuantos de esos términos y muchos más conocéis por diferentes medios y motivos. ¿cuantos realmente son lesivos o hay que tratar?

¿Cuándo hay que tratarse?

Esa es una de las preguntas más complicadas de responder en lo que a la podología deportiva se refiere porque del mismo modo que cada uno de nosotros tiene una manera de ser también cada uno de nosotros tenemos una forma distinta de tratar y de actuar y no por ello se es ni mejor ni peor podólogo.

Como os habréis imaginado o quizá alguna idea os haya surgido tras esos dos primeros párrafos voy a dar mi opinión profesional respecto al uso o no de plantillas y posiblemente mi opinión no sea compartida por muchos y a otros tantos les levante ampollas pero es todo desde mi punto de vista profesional tras unos cuantos años de desarrollo profesional.

Desde mi punto de vista profesional creo que el miedo al podólogo por una parte está fundamentado porque en este campo existen quienes ven en las plantillas una buena fuente de ingresos y ponen plantillas a pacientes que no presentan molestias, ni dolores ni ningún problema que pueda ser solucionado con plantillas.

Aquí he de decir que mi consejo es usar plantillas no porque tengamos una pisada poco normal dentro de los criterios usados (mediciones objetivas la mayoría) si no porque esa pisada sea motivo, origen y causa de nuestros problemas, de nuestros dolores etc…

Siendo cierto que un pie plano o con exceso de momentos pronadores a la larga pueda generar fascitis, dolores de rodilla, dolores de espalda incluso de cuello pero todos pronamos, todos aplanamos el pie y todos supinamos. Por lo tanto ¿qué pasa si no genera dolores?

¿Cuándo hay que utilizar las plantillas?

Aquí reside la capacidad de cada podólogo, siempre pensamos que ejercemos nuestra profesión de la manera más digna y éticamente correcta y nos movemos en unos parámetros experimentados por diferentes pacientes, pero si me preguntáis a mí que hago y a quién trato con plantillas la respuesta es que solo las recomiendo si existe un problema que sea originado por las mismas, si hay lesión, molestia que pueda tener relación con la pisada y si no tenemos problemas, pese a tener el pie plano más llamativo posible, si pronamos en exceso o aquello que hayamos leído, visto u oído en cualquier lugar que nos preocupe porque nuestra pisada no es de libro, sinceramente no trato porque quién nos asegura que vayamos a tener un problema.

Cada uno tiene una genética distinta, cada uno tiene unas estructuras anatómicas muy definidas y que uno de nosotros tenga unos momentos pronadores que generen una amplitud de grados superior a la media no tiene porqué ser lesivo.

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Un ejemplo que suelo poner es en la raza negra, si alguna vez os habéis fijado en su pisada es una pisada que por definición requiere tratamiento inmediato y no es así, su estructura de la bóveda plantar así como la laxitud de la musculatura y tendones de la musculatura posterior les permite una amplitud de movimiento que impresiona pero no presentan patología. Entonces, en este caso concreto… ¿para qué tratar?

Esa es al menos mi opinión porque no sería el primer paciente que se trata por algo anormal y tras este tratamiento empieza a referir problemas porque con el paso del tiempo el cuerpo se ha hecho a esta supuesta anomalía y al corregirlo (aunque quede claro que las plantillas no corrigen nada en un adulto)

Frente a mi opinión terapeutica está la de colegas que tratan en función de la anomalía estructural o de pisada pese a no presentar problema en el momento de consulta, actitud tan cierta o tan errónea como la mía ya que en medicina ningún profesional tiene razón divina y su valoración así como tratamientos son igual de adecuados o inadecuados como los míos ya que ellos consideran que es potencialmente lesivo solo que yo soy de la opinión que no tenemos varita mágica para predecir lo que pasará en el futuro.

Mi recomendación (en adultos) en lo que a plantillas se refiere es que si duele, molesta o lesiona hay que tratar, y no solo por alteraciones de la pisada tendremos molestias de cintura para abajo ya que somos una cadena cerrada y el dolor en miembros inferiores puede trastornarnos incluso la posición de las cervicales pero que si no duele, aunque seamos pronadores, tengamos una pisada poco ortodoxa o lo que nos parezca a nosotros nos olvidemos de tratamientos porque aún no tenemos la bola de cristal para averiguar que patología tendremos en un futuro.

Eso sí: si vamos a ponernos plantillas no confiemos en ningún momento en las que venden las farmacias que en primer lugar no son útiles y sí un sacacuartos.

Esas plantillas blanditas que nos meten por los ojos las casas comerciales con publicidad no del todo correcta lo único que van a tratar es el síntoma (y no siempre) manteniendo el origen del dolor, ni en las soluciones que nos puedan ofrecer en las ortopedias.

Sobre todo porque los únicos que podemos diagnosticar de tobillo para abajo somos los podólogos y somos nosotros los capacitados para orientar, explicar, diagnosticar y tratar los problemas de la pisada. De hecho, las ortopedias no deberían ofrecer productos sin prescripción médica…

¿Imagináis ir al comprar unas gafas sin saber si somos miopes ni las dioptrías que tenemos?

Desear que os haya orientado y servido de ayuda, que las críticas o preguntas siempre son bien recibidas ya que sirven para aprender y que no paremos a no ser que sea estrictamente necesarios.

Podología24dejunio@yahoo.es

Facebook: Javier Torres, biomecánica de la marcha

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