Entrenamiento, el poder del día a día
Foto: Fernando Sancha
/ Triatlón / Entrenamiento, el poder del día a día

Entrenamiento, el poder del día a día

En todo el proceso de entrenamiento un entrenador debe enseñar a su deportista a ser consciente de la importancia que el día a día tiene sobre el y los resultados que posteriormente se podrán ofrecer en el terreno de juego.

Valores tan importantes como la disciplina, el compromiso, el respeto y la responsabilidad deberán subrayarse en todo este proceso.

En base a esta introducción, voy a pasar a desgranar la importancia que para mí tiene el día a día y cómo podría un triatleta construir pequeños hábitos que le ayuden a asimilar de la mejor forma el plan de entrenamientos semanales.

Foto: Fernando Sancha

Construye hábitos

Cuando incorporamos un nuevo hábito en nuestras vidas, en realidad le estamos dando un nuevo sentido a lo que consideramos normal. Cuando adquieres un nuevo hábito, tu realidad sufre un cambio y como consecuencia también cambia aquello que consideras normal.

En mi caso, lo normal hace años cuando estudiaba en el colegio y entrenaba fútbol era llegar a casa por la noche después de entrenar muerto de hambre, por lo que la cena era bastante copiosa y con alimentos atractivos para calmar esa sensación hambre. Era lo que tocaba y no lo cuestionaba. ¿Te ocurre a ti cuando llegas a casa después de un día duro de trabajo?

Lo extraordinario era cenar ligero o elegir alimentos saciantes que me ayudarán a controlar mejor el peso y facilitar la recuperación del entrenamiento. Después de varios años adquiriendo conciencia sobre comida y nutrición, mi comportamiento ha cambiado.

Para mí, lo normal ahora es llegar a casa después de un día largo de trabajo y entrenamiento y pensar en una cena copiosa como algo extraordinario. Que diga que es extraordinario no significa que de vez en cuando no acabe cenando más de la cuenta ;) Pero para ello, todos los meses en casa elaboramos una guía de comidas para saber el guión a seguir cada día y por la mañana dejamos preparada la cena de la noche.

Estos detalles nos hacen cenar según lo previsto y no dejarnos llevar por sensaciones volubles como el cansancio, estrés... que tienden a dilapidar el trabajo hecho en el entrenamiento.

Cada vez que creo un nuevo hábito en mi vida, veo las cosas con tanta claridad que me resulta difícil imaginar que hubo un momento en que pensaba de forma diferente. Si volvemos al ejemplo de la cena, en estos momentos veo de forma clara la poco necesario y antinatural que es cenar de forma impulsiva viendo la televisión. A día de hoy este pensamiento llega de forma muy clara a mi mente. Sin embargo no hace mucho tiempo pensaba de forma distinta.

“Construye tu camino de forma consciente y conseguirás mejores resultados”

A lo largo de estos años de estudiante, deportista, entrenador y tener la posibilidad de tratar con muchas personas de diferentes perfiles me voy dando cuenta de cómo las personas nos movemos por este mundo con una capacidad “limitada” de cuestionar aquello que nos rodea, aunque tengamos acceso a mucha información.

Si naces en una familia en la que se come de una forma y se siguen unas costumbres, tú crecerás aprendiendo esas costumbres e incorporándolas a tu día a día. Quizá un día, movido por tu propia curiosidad o después de conocer otros hábitos, comenzarás a cuestionar aquello que siempre has hecho de manera casi automática.

A continuación, quiero compartir contigo unos ejemplos sobre cómo ha cambiado mi día a día en los últimos 10 años. Me gustaría que según los vayas leyendo pienses en ti y razones si pequeños cambios podrán ayudarte a conseguir los objetivos que te propones cuando arrancas un plan de entrenamiento.

Casi todos los ejemplos que puedo mostrarte están relacionados con el deporte y la alimentación, puesto que mi vida lleva girando desde hace años sobre estos pilares.

Foto: Fernando Sancha
Foto: Fernando Sancha

Cambiar tu normalidad en relación a estos ámbitos es la base para llevar una vida sana

  • Para mí hace 10 años lo normal era despertarme como un autómata somnoliento. Para mí lo normal hoy es despertarme con energía, hacer unos ejercicios de movilidad, beber un vaso de agua tibia con jugo de limón natural y sacar a mis perritas a pasear, en muchas ocasiones disfrutar del amanecer o del frío de la mañana.
  • Para mí hace 10 años lo normal era desayunar un tazón de leche entera con cualquier tipo de cereales azucarados. Para mí hoy lo normal es desayunar de forma variada según cómo tenga planteado el desarrollo del día y las exigencias que tenga que afrontar tanto a nivel deportivo como laboral y cognitivo. “¿Si todos los días no comes lentejas, por qué todos los días desayunas lo mismo?”
  •  Para mí hace 10 años lo normal era acompañar la comida de un trozo de pan. Para mí hoy lo normal es acompañar la comida principal de cualquier variedad de verdura, ya sea a la plancha o hervida.
  • Para mí hace 10 años lo normal era tomar azúcar con el café. Para mí hoy lo normal es tomar miel o sirope de agave con un té.
  • Para mí hace 10 años lo normal era hacer pesas frecuentemente y hacer deporte aeróbico de forma esporádica sin ningún plan. Para mí lo normal hoy es hacer deporte aeróbico de forma frecuente y hacer ejercicios de fuerza en base a un método que contribuya a fortalecer mi cuerpo y evite carencias, molestias y descompensaciones.
  • Para mí hace 10 años lo normal era no hacer distinción entre la comida y la cena. Para mí hoy lo normal es cenar de forma ligera buscando que los hidratos de carbono provengan de frutas y verduras.
  • Para mí hace 10 años lo normal era acostarme a la 1 de la mañana entre semana viendo la tele. Para mí lo normal hoy es acostarme a las 11 entre semana leyendo un libro, visualizando el camino recorrido a lo largo del día y visualizando el camino por recorrer al día siguiente.

 

Para serte sincero, me ha resultado difícil realizar esta pequeña lista. Es difícil acordarse de cómo es tu manera de pensar y de actuar años atrás. Todos estos nuevos hábitos no pasaron a formar parte de mi vida de manera automática sino de forma progresiva.

Quizás no estés de acuerdo con alguno de estos hábitos. Es posible que pienses que alguno de ellos se puede discutir. No los he puesto como ejemplos de lo que se debe hacer y lo que no. Simplemente pretendo mostrar aspectos de mi vida que han sufrido un cambio en mi día a día y que me ayudan a afrontar los pequeños desafíos a los que nos sometemos cada día.

Trata de encontrar qué aspectos de tu vida te gustaría modificar y ponte manos a la obra. Empieza a trazar tu nuevo camino del triatleta y la persona que quieres ser.

ARTÍCULOS RELACIONADOS