
3 errores que cometemos al establecer objetivos
El comienzo de un año nuevo supone para muchos el momento de sentarse, reflexionar y tomar decisiones. Puede que deportivas, personales o profesionales, pero la gran mayoría de nosotros sentimos una necesidad imperiosa de establecer objetivos y metas en estos primeros días del nuevo calendario.
Si eres deportista de resistencia sabrás de lo que te hablo: analizar el futuro deportivo, charlar con entrenadores, con nuestro círculo de entrenamiento y empezar a esbozar una lista de objetivos para este nuevo año.
Fijarse metas es algo bueno y necesario en el mundo del deporte, pero también pueden ser un arma de doble filo. "Los objetivos son geniales. Hasta que no lo son", apunta Steve Magness en Twitter.
Para este divulgador experto en salud, deporte, rendimiento y mucho más, "pocos discuten cómo las metas pueden ser contraproducentes y obstaculizar nuestro camino".
Por eso, el cofundador de The Growth Equation, un plataforma dedicada a brindar herramientas e información para cultivar el éxito, ha querido compartir en su cuenta "algunos errores comunes que todos cometemos al establecer metas y lo que podemos hacer al respecto".
Nuestros objetivos son demasiado difíciles
Los objetivos son una fuente de motivación y un gran herramienta para sacar lo mejor de nosotros mismo, pero deben ser realistas. "Las metas funcionan en situaciones en las que el progreso es relativamente fácil", señala Magness. Es ahí cuando "pueden servir como suaves empujones".
Sin embargo, aunque hemos escuchado esto en múltiples ocasiones, muchos deportistas siguen fallando fijándose objetivos demasiado ambiciosos.

El problema de estas situaciones es que, tal y como apunta el divulgador, "se transforman en recordatorios de que no está progresando. Que estas fallando", porque "son realmente difíciles de lograr".
El resultado es que, cuando los objetivos están fuera de nuestro alcance, acabamos perdiendo la motivación. ¿Para qué intentarlo? "La mente busca la salida fácil, el camino de menor resistencia", señala Magness.
Nos centramos en los resultados
Es cierto que uno de los modelos más extendidos a la hora de establecer objetivos (SMART) nos pide que estos sean Measurable o medibles. Por eso establecemos objetivos de tiempos en carreras, de likes en redes sociales o de ventas. Sin embargo, esto desencadena varios problemas.
El primero de ellos es que "damos una importancia indebida a lo que sea que medimos. Empezamos a enseñar para el examen, olvidando qué es lo que realmente importa", señala Magness, para quien este enfoque se interpone en el camino del progreso real.
El segundo problema es que "corremos más, trabajamos más tiempo, empezamos a tomar atajos para mover la aguja en la medida del resultado". Esto, nuevamente, nos lleva a olvidarnos de la razón principal por la que fijamos el objetivo.
"Abandonamos los pasos sencillos y básicos que realmente conducen a la mejora, en busca de la brillantez", dice Steve Magness.
Nuestros objetivos son rígidos
La filosofía SMART también nos pide que nuestros objetivos sean Specific (específicos). La idea es que tener un objetivo definido ayuda. "Esto puede ser beneficioso. Puede mantenerte en el camino. Pero también puede ser contraproducente", explica este experto.
"La rigidez conduce a la fragilidad. En el momento en que hay una grieta en el edificio, todo se desmorona", asegura Magness.

Por eso, establecer objetivos precisa de cierta la flexibilidad. Si tienes un margen de maniobra es más fácil. "Aquellos cuyo objetivo es hacer ejercicio siete días a la semana, pero tienen dos "pases libres" para saltarse un entrenamiento cada semana, lo hacen mucho mejor que aquellos cuyo objetivo es hacer ejercicio 7 o 5 días a la semana".
Además, la rigidez genera obsesión. Cuando ésta funciona "cambia nuestra motivación. De querer, a necesitar".
Tenemos que tener la capacidad de tomar un pequeño descanso, de alejarnos. De lo contrario, los objetivos se estarán convirtiendo en "pesos que nos agobian".
Algunos consejos para evitar estos errores
Aquellos que creen que la clave es ir a por todo a toda costa, acaban cayendo en el miedo al fracaso, el "para qué intentarlo" o en la búsqueda de atajos.
Si no quieres ser uno de ellos, puede seguir estos consejos a la hora de establecer objetivos:
- Bajar el listón. Haz que tus objetivos diarios sean alcanzables.
- Establece más de un objetivo. Ten copias de seguridad: Plan B, C, D.
- En el caso de los objetivos difíciles, deja de lado los resultados, céntrate en el proceso. Haz que se trate del esfuerzo.
- Sé flexible y adaptable. Los objetivos duros/rigurosos funcionan para cosas sencillas y fáciles de conseguir. Date una oportunidad para los cambios importantes.
- Considera la posibilidad de cambiar su mentalidad.
Como conclusión, fija objetivos en tu día a día, en las cosas fáciles y sencillas de lograr. "Pero para las cosas grandes, simplemente hago el trabajo, sigo mis intereses y confío en que saldrá bien", dice Steve Magness.