
¿Es seguro tomar alcohol después de entrenar?
Seamos claros, no existe un nivel seguro de alcohol y la única forma de evitar sus efectos perjudiciales es no consumirlo. Aunque la unidad de bebida estándar (UBE) sirve para concienciar sobre un consumo responsable que no derive en problemas más serios, en el caso de los deportistas, debemos tener en cuenta el factor salud y rendimiento de manera más estricta.
Alcohol y rendimiento
Ya hemos visto que el alcohol tiene unos efectos muy negativos a largo plazo si no llevamos a cabo un consumo responsable, y si bien es cierto que los efectos a corto plazo no son muy notorios, si lo son cuando el tema del que hablamos es de rendimiento deportivo. Hemos hablado anteriormente sobre cómo el alcohol afecta a tus objetivos
Nuestro organismo prioriza la metabolización del alcohol por encima de cualquier otra cosa, esto quiere decir que la síntesis proteica y la oxidación de grasas se detienen hasta que se haya procesado todo el alcohol que haya en el organismo.

De igual forma, mediante la lipogénesis, el hígado produce más grasa y colesterol y los metabolitos del alcohol dificultan que el organismo pueda acceder a la grasa almacenada para obtener energía.
Morgan Pearson, triatleta olímpico, realizó un hilo en Twitter con sus reglas para triunfar en el triatlón, y era tajante con el consumo de alcohol: “Un sorbo de alcohol cuesta cinco días de entrenamiento”
¿Qué dice la ciencia?
Santana et al. (2022) tenían como objetivo evaluar el efecto que tenía una cerveza en el organismo después de haber realizado ejercicio. Para ello, observaron la variabilidad de la frecuencia cardiaca y la recuperación cardiovascular en mujeres y hombres.
Métodos que emplearon
Se realizó un ensayo cruzado, aleatorizado y controlado en 15 mujeres adultas y sanas y en 17 hombres con la misma situación. Los sujetos realizaron ejercicio en una cinta ergométrica (5 minutos al 50% de la FC máxima y 25 min al 65%) para la recuperación del ejercicio se les administró agua o cerveza entre cuatro y diez minutos tras el ejercicio.
¿Qué resultados obtuvieron?
Se evaluaron la presión arterial y la HRV antes, durante y tras el ejercicio. Comprobaron que los cambios en la presión arterial, HRV y HR durante y después de la recuperación del ejercicio eran similares tanto en el grupo que había consumido cerveza como en el de agua. Por lo que los investigadores pudieron concluir que 300 ml de cerveza no afectaron a los parámetros cardiovasculares tras el esfuerzo en individuos sanos.
Pese a que, como hemos comentado a lo largo de este artículo, el consumo de alcohol no aporta ningún beneficio en términos de rendimiento, si tras un entrenamiento quieres tomarte una cerveza por motivos ociosos, esta no repercutirá negativamente en tu salud. Siempre y cuando su consumo sea muy moderado.
Sea como fuere, siempre debes tener muy presentes los efectos que el consumo descontrolado de alcohol tiene sobre tu organismo.
¿Qué efectos tiene en el organismo?
El alcohol es una sustancia adictiva con una función depresora del sistema, si bien a corto plazo el consumo de este no implica demasiados efectos nocivos (siempre que se consuma con moderación) a la larga, los efectos pueden ser muy perjudiciales.

A largo plazo, el alcohol está relacionado con accidentes cardiovasculares, alta presión arterial, enfermedades de hígado y problemas digestivos. Además, como hemos mencionado, tiene una función depresora del sistema inmune, lo que facilita que otro tipo de patologías no encuentren resistencia para desarrollarse en el organismo. Por no hablar de la propia dependencia o depresión que puede generar.