
Gustavo Rodríguez explica su retirada: "Era una cosa que se veía venir"
La retirada de Gustavo Rodríguez se anunció hace dos semanas, el 17 de mayo concretamente. Como dijo el mismo en su post de Instagram, donde explicaba su decisión: "¿Sabes esas series que están de puta madre pero al final la cagan con el final?... Pues eso".
Una gran trayectoria pone fin de las peores maneras: con una lesión de por medio que le ha impedido despedirse de la competición en una prueba. El que fuera plata en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 deja un legado que espera que los más pequeños puedan coger como ejemplo para poder iniciarse en el mundo del deporte.
Crónica de una retirada anunciada
"Fue una cosa que más o menos se veía venir. A pesar de lo que a mí me gustaría, al final esta lesión tampoco me deja mucha más alternativa". Así de resignado Gustavo Rodríguez comenzaba a explicar los motivos de su salida del deporte profesional.
La lesión y pensar en una posible vuelta le robaba una de las cosas más importantes: el tiempo. "Eran casi dos años sin competir. El hecho de regresar, con la edad que tengo (cumplirá 44 en el próximo septiembre), pues se vuelve algo muy difícil. Debería empezar, otra vez, a entrar en la pelea de buscar patrocinios, de recuperar un poquito el nivel también... El tiempo se me escapa y toca ya hacer planes de futuro".

La decisión puede no sorprender, pero el momento de anunciarla sí que ha pillado a mucha gente con el pie cambiado. Esto se debe a que la decisión iba a ser tomada después del verano, según lo que el medallista paralímpico ha comentado en varias entrevistas anteriores: "Quiero focalizarme en las oposiciones desde ya, para las que quedan un año. París era un sitio donde me hubiera gustado retirarme... No puedo tampoco quejarme. Al final mi vida deportiva ha sido mucho más larga de lo que a priori podía esperar".
La frase de que "no llores porque acabó, sonríe porque sucedió" es un lema que Rodríguez se ha encargado de grabarse a fue estos días: "Ha sido un camino muy chulo, que disfruté un montón. No he podido ponerle la mejor guinda al pastel, pero el resto ha merecido la pena y si acaba aquí. Me quedo como último recuerdo el día de Tokio".
A preparar esos planes de futuro
Era un secreto a voces que los más cercanos a Gustavo Rodríguez y sus compañeros de fatigas dentro del mundo del triatlón podían sospechar: "Ha sido un proceso muy paulatino. El año de los Juegos, cuando tuve la lesión, había pensado que estaría varios meses peleando en los meses de invierno".
Pero no todo ha sido un valle de sufrimiento en estos dos años, hubo momentos de gran alegría: "Regresé en Pamplona ganando y creía que ya lo había superado. Estaba súper emocionado de todo lo que llevaba atrás, con la suma de la lesión y luego tocó volver a recaer. La gente más cercana son parte de esto y también lo van viviendo", afirmaba el de Tuy.
La resignación es evidente. Sin embargo, el apoyo de los suyos le ha hecho más llevadero este mal trago: "Cuento mucho con el apoyo de ellos y el ambiente en general que me rodea también es un ambiente que está metido en el triatlón. Lo entendieron y me están apoyando mucho, como no quedaría otra. Porque al final es algo que no viene elegido, sino que es una situación que viene así y no hay más".

Imposible resumir una carrera tan dilatada en un momento
A la pregunta sobre qué momento es el más especial de su carrera, Gustavo Rodríguez se le agolpan los recuerdos. Y es normal. Una trayectoria de tantos años es imposible dejarla en cuatro líneas. Como dijo alguien vamos por partes: "Me acuerdo desde los primeros años, que empezaba en la mountain bike. Era un chavalito de 13 años, al principio de los 90. No soñaba con vivir de esto. Con estar ahí delante y algún día poder ir disputando carreras bastaba", pero la realidad superó las expectativas.
El ciclismo le dio grandes felicidades: "Paso a la carretera, cuando parece que ser profesional era muy difícil. Se consigue y llego a correr la Vuelta a España. Me costó mucho llegar al profesionalismo en España, estuve muchos años en Portugal y ver que llegas es muy especial. Además, encima un compañero tuyo, Ezequiel (Mosquera), está disputando la general en la última etapa".
Sin embargo, los sueños tienen un despertar abrupto, y este no podía ser más fuerte: "Justo cuando estás ahí arriba, vino el primer golpe que te manda para abajo cuando nos quedamos sin equipo. De repente, pasamos del todo a la nada".
Del ciclismo se pasa el triatlón, ya que él tenía la percepción de que "el deporte no se había acabado". "Quería seguir dándole. Empiezas a probar en el triatlón por casualidad y ves que se abre una perspectiva de ser profesional de un deporte que en principio ni te planteabas. Con 30 años ir descubriendo cosas cuando ya creías que tenías todo descubierto es un momento muy chulo. Imposible quedarse con un momento, pero el último con Héctor (Catalá) en Tokio es algo que me llevo para siempre".
Se retira pero quiere seguir ligado con el deporte
Ahora toca arremangarse e hincar los codos para poder superar ese nuevo reto de aprobar las oposiciones. Unas oposiciones para poder ser profesor de Primaria: "Estoy haciendo las de primaria y vamos a apostar por ahí".
Y qué mejor manera de apostar por el deporte que con las nuevas generaciones, con esos cientos de niñas y niños que quieren realizar su deporte preferido o descubrir nuevos mundos, como le sucedió al propio Gustavo (con una edad más avanzada): "Es muy vocacional lo de profesor. Estudié magisterio en su momento, pero claro el profesionalismo no te deja avanzar en los estudios".
Sus retos no son solo sacarse una plaza como profesor en las oposiciones, tiene otras miras puestas en el horizonte: "Me gustaría iniciar un proyecto de triatlón, cuando ya esté un poquito más establecido. Si que sería un sueño muy bonito, y es algo que tengo ahí siempre en el rabillo del ojo. Espero que ahora este añito sea un poco de pelear la plaza y luego ya pueda dedicarme un poquito a aprender. El trabajo con la base es algo que me gustaría y que me llenaría", así finalizaba Gustavo Rodríguez.
Una vida deportiva llena de éxitos, en todas las disciplinas en las que ha competido, y una persona que ha dejado buenas palabras de todas las bocas que hablan de él, solo se le puede desear buena suerte para sus futuros proyectos.