Ganar, perder: la importancia para nuestro cuerpo de saber afrontar la derrota
Foto: Gran Trail Peñalara // José Miguel Muñoz
Trucos y curiosidades / Triatlón / Ganar, perder: la importancia para nuestro cuerpo de saber afrontar la derrota

Ganar, perder: la importancia para nuestro cuerpo de saber afrontar la derrota

¿Cuántas veces has terminado una competición en un puesto, o un tiempo, distinto al que esperabas -para mal- y los días siguientes te has sentido alicaído y triste?

Cuando perdemos o no acabamos una prueba con el resultado que esperábamos, el cuerpo reacciona, y lo hace no solo de manera psicológica: también lo hace biológicamente.

En palabras de Steve Magness, reputado entrenador norteamericano, "es muy necesario aprender a perder bien". No porque muestres tú disgusto o que te afecte a nivel personal estás mostrando la pasión que le pones al deporte. Perder y no verte afectado no es una señal de que no te importe.

¿Qu´é pasa cuando nos lamentamos tras perder?

Ya vimos que lo habitual en el triatlón es perder, pero ¿cómo nos afecta?

Según Magness, autor de libros de relevancia como Máximo rendimiento o The science of running, la principal reacción afrontando de manera negativa la derrota se da a nivel hormonal: baja la testosterona, aumenta el cortisol y se mantiene activa la hormona del estrés.

Foto: ITU Media // Janos M. Schmidt
Foto: ITU Media // Janos M. Schmidt

Con el cortisol alto se pueden padecer síntomas como presión arterial alta, ciertos niveles de depresión y ansiedad. Además, psicológicamente provoca un aumento de los pensamientos negativos y aumenta la frustración.

Estas consecuencias, lejos de motivarnos o de ayudarnos a aprender, nos alejan de nuestros objetivos. Es más posible volver a perder, entrenar a disgusto o salir disgustados en la próxima prueba si nos sumimos en la derrota.

Algo parecido sucede en los animales. Cuando hay una pelea, el ganador sale reforzado, por así decirlo, sube de rango. Por el contrario, el perdedor tiene más posibilidades de volver a perder en la siguiente.

Un triatleta observa a Sanders caminar en el segmento de carrera a pie
Foto: Captura de Youtube

Cuanta más importancia se le da a una prueba y más significado le damos al resultado en relación con nuestro estatus, más aumentan las posibilidades de que el cortisol se eleve. También crecen las posibilidades de que recurramos a la autoprotección y desviación de la derrota a agentes externos.

¿Cómo se pierde bien?

Lo primero que debemos hacer para encajar un mal resultado en una prueba es:

Salir del modo de protección y estrés

Es muy necesario salir lo antes posible de la espiral de frustración que nos provoca un mal resultado. Es muy importante saber actuar ante una derrota.

Cuando nos fijamos en los fallos, se ha demostrado que aumenta el cortisol, provocando un peor rendimiento en la próxima competición. Si se presta atención en los puntos fuertes, en las cosas que se hicieron bien, aumenta la testosterona y mejora el rendimiento.

daniela ryf portocolom running kona
Foto: James Mitchell // Red Bull Content Pool

Algunas de las estrategias para salir de esa espiral que nos ha producido la derrota son:

Rodéate de amigos. Estar junto a ellos, de manera distendida, e incluso bromear al respecto de nuestro resultado, ayudará a mitigar el impacto negativo. Así, sin apenas darnos cuenta, reduciremos nuestros niveles de estrés.

Regla de las 24 horas. Ponte un tiempo límite en el que puedes quejarte o sumirte en la derrota. A partir de que suene esa alarma, es momento de pasar página.

Aceptar, aprender y dejar ir

Una vez nos hemos deshecho de la sensación de estrés, trataremos de aceptar, aprender de lo ocurrido y dejar ir ese mal resultado.

Hay que saber ver la derrota desde un foco informativo, no como algo personal. Tenemos que saber distanciar nuestra persona de nuestros resultados.

Se suele pensar que hay que estar comprometidos al máximo para lograr nuestros objetivos. Pero ir siempre a por todas nos hace frágiles. Un fracaso en una prueba puede romper en pedazos nuestras aspiraciones.

Es necesario diversificar los factores que nos definen. Si sentimos que solo nos define acabar esa maratón o ganar una prueba y fallamos, la sensación de fracaso va a ser inmensa.

Si tenemos muchos, o varios, factores que nos definan, podremos afrontar la derrota y seguir adelante.

ARTÍCULOS RELACIONADOS