Otro varapalo: Javier Gómez Noya no estará en St. George

"Hoy ya debería de estar en St. George, ese era mi plan. Sin embargo, la realidad es bien distinta y es que ahora mismo estoy en la cama, con COVID", así arranca la publicación que ha hecho Javier Gómez Noya hoy mismo en su cuenta de Instagram y que acaba confirmando una dura noticia: el Capitán no competirá en el próximo Campeonato del Mundo de IRONMAN.

"Conseguí esquivar el virus durante dos años pero finalmente me ha golpeado en un momento bastante inoportuno", continúa Javi. El gallego, que cuenta con la pauta de vacunación completa, reconoce que el virus le está "golpeando bastante fuerte" y se está enfrentando a fiebre, dolor de garganta, de cabeza y dolor muscular.

El de Orbea tenía previsto participar en su segundo mundial IRONMAN el próximo 8 de mayo, pero ha tenido que tomar una difícil decisión: renunciar. "Creo que no sería ni realista ni responsable competir en dos semanas en un Campeonato del Mundo de IRONMAN", explica el triatleta, que estaba estos días concentrado en Sierra Nevada.

Un hecho "muy duro" tras tantos meses "preparando esta carrera, fuera de casa y entrenando mucho", asegura un Gómez Noya que se muestra "sorprendido" con su rendimiento. Sin embargo, por desgracia para el mundo del triatlón, los aficionados y el propio deportista, el de Santini tendrá que esperar para mostrar su mejor versión como triatleta de larga distancia.

"Desafortunadamente, eso va tener que esperar", desliza. "Ahora mi prioridad es recuperarme totalmente y plantear nuevos objetivos", apunta Noya, que ahora pone su ojo en el mundial de octubre. "Espero poder competir en otro IRONMAN potente este verano. Os mantendré informados… Gracias a todos por el apoyo".

Otra baja importante para St. George

La baja de Gómez Noya se suma a la de otros grandes nombres de nuestro deporte que tampoco podrán estar en la línea de salida el próximo 8 de mayo. Patrick Lange, Jan Frodeno y Lucy Charles -todos ellos por lesión- también se perderán la primera gran cita de la temporada. Ausencias que, sin duda, hacen del Mundial una prueba descafeinada.