
Los bomberos salvan a un triatleta de 83 años de morir ahogado
Si hace unas horas hablábamos de Garth Barfoot como ejemplo de superación, ahora tenemos que ver el otro punto de vista, el menos amable, el de los riesgos que conlleva participar en triatlón a determinadas edades. El sábado pasado se celebró el Quantico Triathlon, al sur de Washington, prueba bajo distancia sprint en la que participaban unos 200 triatletas, y en la que estuvo a punto de suceder una tragedia.
Según informaron los servicios de emergencias, dos miembros del cuerpo de bomberos, Steven Denton y Thomas Seablom, al cargo de la seguridad del segmento de natación, fueron avisados de que uno de los participantes, un triatleta de 83 años, del que no ha trascendido el nombre, flotaba inerte en el agua.
Tanto Denton como Seablom se dieron cuenta de la gravedad de la situación y actuaron rápidamente para rescatarle. Le subieron de inmediato a la barca mientras se ponían en contacto con sus compañeros en tierra para organizar el plan de salvamento. "El hombre se había ahogado", ha declarado Denton. "Probablemente estuvimos practicando reanimación cardio respiratoria durante más de cinco minutos". Finalmente lograron que volviese a respirar por sí solo, poco antes de tomar tierra. Una vez estabilizado, fue trasladado al hospital hasta ayer jueves, cuando fue dado de alta y abandonó las instalaciones por su propio pie.

Para Seablom, lo más complicado fue llegar a tierra en el menor tiempo posible sin suponer un peligro para el resto de triatletas que disputaban la prueba: "Había más de doscientas personas en el agua en el momento del rescate, y teníamos que asegurarnos de no hacer daño a nadie al desplazarnos hasta la orilla".
Hay que recordar que a la hora de hacer deporte llegados a determinadas edades hay que tomar muchísimas precauciones. Si ya correr, nadar o salir en bici de manera individualizada exige una preparación importante, el triatlón conlleva mucho más.