
Los populares nos estamos equivocando al fijar objetivos
El proceso de fijar metas es una parte esencial del desarrollo personal y el rendimiento profesional. Según Steve Magness, entrenador y escritor, "las metas son la brújula que te ayuda a enfocar tu atención y te motiva a tomar las acciones necesarias para lograrlas".
Sin embargo, a lo largo de un extenso artículo publicado en su web, el norteamericano también reflexiona sobre cómo, al ver cómo sus marcas personales disminuían, el fijar metas específicas comenzó a ser un obstáculo para su motivación, más que un incentivo.
A partir de ahí, según relata su propia experiencia, optó por fijarse metas más abiertas y orientadas al proceso, que aún podía lograr aunque los resultados no fueran exactamente los esperados.
La pregunta es: siendo como somos deportistas populares, ¿cómo nos influye este aspecto a nosotros? ¿estamos fijando bien nuestros objetivos cada temporada?
¿Qué tipo de metas son más efectivas?
En el mundo del rendimiento, hay dos escuelas de pensamiento en cuanto a la fijación de metas. Por un lado, algunos líderes promueven la fijación de metas orientadas al proceso, como "ejecutar tu plan" o "dar el máximo esfuerzo durante una carrera".
Estas metas toman el control de la situación, enfocando la atención en algo que se puede lograr independientemente de cómo vaya el rendimiento.
Por otro lado, hay quienes promueven la fijación de metas SMART, es decir, específicas, medibles, alcanzables, relevantes y limitadas en el tiempo. Un ejemplo de meta SMART podría ser "quiero correr un maratón de 3 horas en el Maratón de Boston en abril".

Recientemente, un estudio de la Universidad de Wollongong en Australia analizó cómo el tipo de meta que se fije afecta el estado psicológico de los atletas durante el rendimiento. Los resultados mostraron que cuando los atletas se fijan metas abiertas o "haz lo mejor que puedas", tienen más probabilidades de entrar en un estado de "flujo", aquel concepto popularizado por Mihaly Csikszentmihalyi.
El estado de flujo frente a la "fuerza de voluntad"
El estado de flujo se caracteriza por una sensación de concentración y sincronía con el rendimiento, donde todo parece "clickear" y el esfuerzo sale de natural y fácil. Es esa fase de la temporada en la que disfrutamos simplemente entrenando, y el cuerpo nos lo pide en todo momento.
No obstante, cuando se fijan metas específicas, tienen menos probabilidades de entrar en un estado de flujo, pero más probabilidades de entrar en un estado de "enganche".
El estado de enganche se produce cuando un atleta siente presión, pero es capaz de aumentar su concentración para rendir bien cuando está en juego algo importante. Aunque el estado de enganche puede llevar a un buen rendimiento, a diferencia del estado de flujo, es un esfuerzo consciente y a menudo se describe como una "lucha".
Ambos tipos de metas y estados psicológicos pueden ser beneficiosos en distintos contextos y tareas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la fijación de metas no debe ser una fuente de estrés o presión añadida.

Las metas deben ser una guía y una fuente de motivación positiva, no una carga negativa. Como menciona Magness, "las metas deben ser una estrella polar, una guía que te ayude a enfocar tu atención y te motive a tomar las acciones necesarias para lograrlas. Deben ser aditivas y positivas, no sustractivas y negativas".
En resumen, la fijación de metas puede ser una herramienta muy útil para motivarnos y enfocarnos en alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el tipo de meta que se fije puede afectar nuestro estado psicológico durante el rendimiento.
Al fijar metas, es importante considerar qué estado psicológico nos pondrá en la mejor posición para rendir en la tarea o contexto en cuestión. Además, es fundamental recordar que las metas deben ser una fuente de motivación positiva y no una carga adicional de estrés. Con esto en mente, podemos utilizar las metas como una herramienta valiosa para impulsar nuestro rendimiento y lograr nuestros objetivos.