
María Pujol : "Esta ha sido la Titan Desert más dura de las que he corrido"
En 2013 fui uno de los participantes de la Titan Desert y por casualidad me senté en el avión de ida junto a un tal Jaime Menéndez de Luarca, que imagino que os sonará de algo, un entrenador argentino súper simpático, Martín Giacchetta, y justo detrás se sentó María Pujol. A partir de ahí cada día nos contábamos las batallitas y después de esa semana, pues creo que como a todo el que va a pruebas como estas, ha sido inevitable no perder el contacto y no poder dejar de encontrarnos en cada carrera. María además de una gran deportista es también una chica inquieta que no para de crear proyectos solidarios y de apoyo a otras personas y colectivos, entre ellos NosotrasSí.
Este año ha sido el Décimo Aniversario de la Titan Desert y nuestra triatleta sevillana nos cuenta su crónica vivida junto al team Summae Dream. Aquí os la dejo:
Mi tercera participación en la Titan Desert y ha sido sin duda la más especial, ya que el motivo por el que daba pedales, junto a mi equipo Summae Dream, era solidario. Summae Dream es un proyecto donde, a través del deporte y mediante la participación y organización de pruebas deportivas, se logran recursos para el desarrollo de los fines de la Fundación Summae. Estos fines son atender a personas con patología de origen neonatal, congénito o adquirido en los primeros años de vida, y que repercute en forma de secuelas en el desarrollo de sus capacidades, de sus funciones y de la vida en general. La atención va dirigida a personas con plurideficiencias, parálisis cerebral autismo, trastornos del desarrollo, retraso mental, trastornos del aprendizaje, trastornos sensoriales, etc. Es importante también la atención integral incluyendo a los padres y a las familias.
En esta décima edición de Titan Desert he sido una de la integrantes de un equipo formado por diferentes deportistas: Elisa Aguilar, (ex jugadora de baloncesto internacional), Roberto Solozabal (ex jugador del Atlético de Madrid) y Samuel Trives (ex jugador de balonmano profesional) y otros compañeros como, Ricardo, Chema, Feliz, Alvaro, .... A todos nos movía como principal objetivo ayudar a la Fundación a través de nuestro esfuerzo en el desierto.
Para mi sin duda, esta ha sido la Titan Desert más dura de todas las ediciones que he corrido, a pesar de ser conocedora de la exigencia de la prueba. Pero este año llegaba recién recuperada de una lesión, sin haber entrenado ritmos competitivos y el desierto no perdona, hay que llegar en plena condiciones y habiendo hecho bien los deberes si quieres dar lo máximo de ti.
El exigente ritmo de salida, hizo que el primer día ya me resintiera, senti molestia en el isquiotibial y después se quejo el psoas. Ésto supuso que la etapa se me hizo interminable al ser muy dura, larga y con terreno irregular, nada beneficioso al tener molestias. Estuve más de siete horas con dolores, imaginaros la cantidad de pensamientos negativos que se me pudieron pasar por la cabeza. Me bajé coja y muy negativa, pero gracias a Lorena la fisioterapeuta y Jordi pude aliviar el dolor y poder seguir día a día. Sin duda mi principal motivación cuando los dolores aparecían era pensar el porque estaba allí, en la Fundación, ellos me daban fuerzas para seguir y relativizar todos mis problemas en carrera. En esta edición las etapas más exigentes fueron las impares: primera, tercera y quinta. Mi táctica a seguir el resto de día fue levantar un poco el pie y así fueron pasando sin pena ni gloria. No encontré mi ritmo, no fui cómoda, así que me limite a disfrutar y sumar buenos km en las piernas. Si es verdad que cada día iba un poco más, pero es normal cuando no te exiges al máximo en cada etapa.
Cuando llegaba al campamento las penurias de la etapa se olvidan charlando con los másde seiscientos compañeros que participaban. Cada uno te contaba sus batallas, sus momentos de gloria y sufrimiento encima de su bicicleta y así pasaban las horas en las zonas comunes del campamento.
He compartido haima con una de mis compañeras de equipo, Elisa Aguilar. Al ser su primera experiencia en una carrera por etapas en bicicletas, intenté ayudarla, escucharla motivarla, aconsejarla y darle cariño en esta nueva aventura que se enfrentaba. Mi más sincera enhorabuena, sin duda, se nota que es y ha sido una deportista de alto nivel, sin apenas entrenamiento, consiguió terminar esta dura carrera.
Todo el equipo conseguimos el objetivo marcado, ser finicher y poner nuestro granito solidario para la Fundación.
La Titan Desert es mucho más que una carrera por etapas en mountain bike en el desierto, es una gran aventura rodeada de desconocidos que en unos días pasan a ser grandes amigos. Sin duda me quedaría con la palabra COMPAÑERISMO, la cual puede palparse en el ambiente del campamento y durante los duros kms por el desierto. La dureza de la carrera es tal que solo puedes vivirla y sentirla para poder transmitirlo.
Me quedaría con una palabra: COMPAÑERISMO
Quiero dar las gracias a +QueBici por hacer posible mi participación, a todos mis compañeros del equipo y a la cantidad de amigos que me ayudaron durante las etapas.