
¿Se puede mejorar nuestra natación sin tener que nadar?
Lo reconocemos: es más que probable que el titular te haya llamado la atención, y la verdad, no es para menos. Ahora mismo estarás pensando que no puede ser posible mejorar en natación sin tener que nadar.
Es como si nos planteamos mejorar nuestra forma de correr sin correr. Suena muy ilógico, pero, se ha comprobado que nadar más tiempo no siempre se traduce en un aumento del rendimiento dentro del agua.
En este sentido, el titular del artículo tiene toda la lógica en un contexto en el que muchos nadadores no prestan atención a los ejercicios que se pueden hacer fuera de la piscina y que pueden ayudar a mejorar considerablemente en su rendimiento.
Ejercicios para mejorar la natación sin nadar
Como decíamos hace un momento, el acumular horas en la piscina tiene sus beneficios, pero llega un punto en el que las mejoras llegan por otros aspectos: mejora de la técnica -sin duda alguna el que más va a incidir en tus tiempos en competición-, y por otro lado el entrenamiento de la fuerza.
Ahí es donde queríamos llegar: existen otras formas de mejorar la técnica y el rendimiento sin necesidad de ponernos el bañador y las gafas.
Entrenamientos con pesas
Los entrenamientos de resistencia son una forma muy eficiente para ganar fuerza y aumentar nuestra masa muscular algo que nos ayudará a la hora de competir en el agua.
Ejercicios de pesas, sentadillas, abdominales o el uso de bandas elásticas son realmente buenos para involucrar a todo nuestro cuerpo y fortalecer por tanto a todos los músculos de las diferentes partes de nuestro cuerpo.
No es necesario que aumentes una tonelada tu masa muscular. Sin embargo, ganar algo de músculo siempre será positivo a la hora de entrenar la natación.
Eso sí, procura hacer este tipo de ejercicios dos o tres días a la semana, no más veces. Los músculos necesitan descansar y recuperar energía y sobrecargarlos puede hacer que sufras lesiones, calambres y dolores.
Mejora tu resistencia con ejercicios aeróbicos
Al igual que es importante trabajar la fuerza, es también imprescindible ejercitar nuestra capacidad de resistencia.
Esto puede hacerse posible realizando ejercicios sencillos que pueden incluso hacerse en casa o en un parque sin necesidad de acudir a un gimnasio.

Para ello procura hacer ejercicios tales como los burpees (flexión con salto), sentadillas simples y con variantes, flexiones de brazo y saltos con la comba.
En el caso de que quieras realizar otro tipo de entrenamientos, las rutinas HIIT o lis tabata son otras formas intensas, desafiantes y entretenidas de entrenar nuestra capacidad aeróbica.
Trabaja la flexibilidad los días que no nades
No siempre vas a estar dentro del agua, y si eres de esas personas que no puede estar un solo día sin moverse, prueba a ejercitar tu flexibilidad.
Es importante realizar rutinas y ejercicios que mejoren nuestra movilidad y nuestra capacidad de estiramiento.
Por ello los estiramientos en la espalda, brazos, piernas y ejercicios como el yoga (uno de los mejores para estirar todo el cuerpo) harán que obtengas grandes beneficios aparte de que mejorarás tu salud.
Fuerza central
Un nadador debe trabajar y desarrollar un core fuerte ya que de esta forma seremos capaces de mantener una postura y un equilibrio adecuado en el agua.
Para ello, es importarte ejercitar nuestros abdominales, espalda, caderas y glúteos ya que de esta forma nos mantendremos en una posición alta en el agua a pesar de que estemos fatigados y cansados.

El objetivo es mantener una buena postura en el agua a pesar de que con el paso de las horas nuestro cuerpo comience a tener menos fuerza y esté más cansado.
Procura descansar al menos un día a la semana
Hacer deporte todos los días en este caso nadar y trabajar con nuestro cuerpo los siete días de la semana no es lo más sano del mundo.
Ten en cuenta que nuestro cuerpo necesita recuperarse y tener la energía suficiente para otra semana de entrenamientos.
No puedes exigirle a un coche que vaya a la máxima potencia si cada vez tiene menos gasolina. Esto quiere decir que es importante ser prudente y no obsesionarnos con el entrenamiento.
Tómate mínimo un día de descanso. Haz otras actividades que se alejen de tu rutina habitual y en el caso de que no puedas estar quieto, salir a caminar es una buena forma de mover a nuestro cuerpo sin cansarnos en exceso.
Entrena con la máquina remo
De todas las máquinas de entrenamientos cardiovasculares que hay en un gimnasio, la máquina de remo es sin duda la más completa para mejorar la natación.
Gracias a esta máquina vas a trabajar a fondo tu espalda y los músculos dorsales. El remo plantea diferentes variantes ya que se puede hacer en polea, con mancuerna, o en la propia máquina.
De esta forma trabajarás tu musculatura a fondo, aunque eso sí, procura hacerlo realizando una buena técnica y haciendo correctamente los movimientos para no sufrir dolores o lesiones.
Cuida la nutrición
Es importante insistir en el aspecto de la alimentación. De nada sirve ejercitarnos y entrenar duramente si después comemos de cualquier manera sin seguir una dieta equilibrada.
Para este tipo de deportes es necesario tomar buenas dosis de proteínas e hidratos de carbono. Los huevos, el pan, la leche, diferentes tipos de pasta, arroz, y algunas carnes y pescados son imprescindibles.
A ello, puedes añadirle algún suplemento como pueden ser las barritas energéticas o los batidos de proteínas, aunque para este aspecto, lo mejor es que consultes a tu médico y a un experto en nutrición.

Como puedes ver, es posible mejorar en natación si tener que nadar todo el tiempo.
Si sigues estos consejos observarás que puedes mejorar tu resistencia, fuerza y técnica tanto en tu casa como en un gimnasio, sin depender solo y exclusivamente de una piscina.
Recuerda que es importante, aparte de ejercitarse correctamente, tener tiempo para descansar y estar siempre atentos a nuestra alimentación ya que son factores igual de importantes.