
6 cosas que los triatletas deberían tener en cuenta al intentar mejorar la técnica de natación
Durante años y años de perfeccionamiento en el mundo del deporte, nadadores y triatletas buscan la forma ideal de rascar esos segundos o, incluso, décimas que les acerquen a la victoria. Fortalecer los músculos para una brazada más potente, imprimir una mayor velocidad o mirar datos sobre el lactato son algunas de las mejores que se intentan hacer por parte de los entrenadores.

Pero la mayoría de estudiosos sobre la natación se olvidaron del aspecto principal para conseguir un mejor tempo por el agua: la técnica. Contar con una técnica eficiente significa nadar con menos esfuerzo, dado que tu nueva técnica de brazada arrastra menos agua.
Las siguientes claves, según el reputado autor Olivier Poirer-Leroy, son las que debes tener presentes cada vez que te sumerjas en el agua y comiences el entrenamiento:
Paciencia y repetición
Este punto es principal para aquellos principiantes que quieran tomarse en serio el mundo de la natación y depurar su técnica. Para conseguirlo, deberás repetir y repetir y repetir la máxima cantidad de veces posibles. Practicar la nueva técnica durante un breve período de tiempo como pueden ser doscientos metros durante el calentamiento no va a servir de nada.
Ten presente que la natación es uno de los pocos en los que participan todas las partes del cuerpo, por lo que el nivel de concentración y coordinación debe ser elevado. Al igual que tus vicios respecto a la brazada no fueron creados de la noche a la mañana, lo mismo sucede con el perfeccionamiento de la técnica.
El instinto competitivo es inservible
Competir contra tus compañeros de entrenamiento o contra ti mismo mediante la medición de tiempos. Tener a un rival, con un nivel similar o superior, siempre va a ser de ayuda para mejorar y empujarte a dar el 100% con tal de superarle.
Sin embargo, en pleno proceso de perfeccionamiento de la técnica, la competitividad pierde ese efecto potenciador. La razón de ello es que el enfrentamiento directo en una piscina te provocará aflorar el instinto primario de querer superar a tu rival.
Pon a prueba tus niveles de atención y concentración
Los malos hábitos son casi imposibles de romper. El estar entrenando de una determinada manera durante meses y meses, y querer cambiarlo es extraño para el cerebro. Este siempre intentará regresar al modo de actuar que le es más familiar.
A mayor automatización de tu forma anterior de entrenar, mayor será la concentración necesaria para crear el cambio. En cada ocasión que ves tu mente desconecta y piensa en banalidades, debes volver a concentrarte en mejorar la técnica de natación.
Aguantar las dificultades
Los cambios en la técnica pueden resultar desalentadores para ciertos nadadores. Para mejorar la técnica se tiene que producir una regresión al punto cero, con el objetivo de eliminar esos malos hábitos de la técnica anterior.
Por ejemplo, la respiración bilateral será rara y difícil en el corto y medio plazo, sobre todo si antes te centrabas en respirar cada dos brazadas. En el largo plazo, los beneficios de respirar bilateralmente serán mayores que los de tu anterior técnica.
Lo más sencillo es regresar aquello que te resulta familiar y tienes interiorizado, pero debes ser capaz de atravesar por estas primeras dificultades para conseguir una brazada más eficaz.

Confía en que tu técnica mejorará
Es complicado cambiar un aspecto tan individual como la técnica de brazada. Ye hemos mencionado que se debe hacer un proceso de regresión para poder aprender una técnica eficaz y veloz para conseguir mejorar tu tiempo en la piscina o en aguas abiertas. Aparte de la técnica, debes realizar un trabajo mental.
El no ver resultados al principio del trabajo de perfeccionamiento será frustrante. A pesar de todas las dudas surgidas, debes centrarte y confiar en el proceso a seguir para lograr la brazada perfecta. La confianza es un factor clave en todo este camino.
Cambio a cambio
Querer cambiar la brazada no es un transcurso que pueda cambiar todos los factores de una sola sentada. En cada sesión de entrenamiento debes centrarte en un aspecto de la brazada hasta su dominio por completo: la entrada de la mano en el agua, la colocación de la mano, la flexión de la muñeca, la postura de la cabeza...
Intentar cambiar y centrarse en varios aspectos al mismo tiempo acabará haciendo el efecto contrario al deseado: la incapacidad para controlar todo acabará en una detención del progreso. El cambio debe realizarse a pequeños pasos. El dominio de un aspecto de la brazada conllevará a tenerlo interiorizado y "olvidarnos" de él en el siguiente paso de nuestra mejora.
Los beneficios de una técnica de natación depurada son innumerables. Las principales ventajas son la velocidad y el esfuerzo es menor respecto a lo que venías entrenando. Estar atento a los detalles y la concentración son las claves para conseguir acercarte a la brazada ideal.