
Cuando mejorar 0,1 vatio/kilo te cambia la vida (o no): así lo cuenta Raúl Celdrán
El deportista es, por definición, una persona ambiciosa. Fruto de esa ambición existen las ganas constantes de mejorar: mejorar la técnica, mejorar las sensaciones, mejorar la capacidad pulmonar, mejorar el descanso, mejorar la aerodinámica...lo que sea por mejorar el rendimiento.
Pero, ¿hasta que punto merecen la pena grandes esfuerzos para rascar pequeñas mejoras? Depende. Es lo que ha tratado de explicar Raúl Celdrán, asesor en entrenamiento y nutrición para ciclistas de alto rendimiento en una reciente entrada del blog de Natur Training System.

El autor, junto a otros nombres reconocidos, de Potencia tus pedaladas 2, ha comparado las consecuencias de una mejora similar en dos ciclistas con circunstancias diferentes, usando para ello dos historias basada en hechos reales: las de "un deportista amateur, máster 40 que se dedica a hacer marchas cicloturistas y a correr algunas maratones de montaña y un ciclista joven profesional que milita en las filas de un equipo ciclista continental".
La clave aquí es, como matiza Celdrán, que "básicamente, uno monta en bici por diversión y le cuesta dinero, y el otro monta por trabajo y le pagan un sueldo bastante digno por hacerlo".
Mejorar 0.1w/kg cuando eres profesional
Suena de locos, pero "mejorar 0,1 o 0,2 w/kg en un año supone hacer un top 10 en una carrera de nivel internacional en vez de quedar en la posición 50". Una ganancia que parece marginal, pero que tiene puede abrir las puertas a un contrato con un equipo de mayor categoría profesional.
Es por ello que el enfoque en un deportista profesional es exigente. "Hay diversas cuestiones que no tratamos con el amateur y que son de importancia capital", explica Celdrán. Por ejemplo, un control exhaustivo del peso. "Perder un kilo (cuando es necesario) o mejorar 10w su FTP, puede suponer un cambio radical en su vida y su carrera profesional".
Con un deportista profesional se buscan los límites y se presta máxima atención a todos detalles: "pesamos las comidas, optimizamos el funcionamiento y el peso de todo el material, buscamos la mejora de 3w en la técnica de pedaleo y un largo etcétera de detalles".

Los objetivos de un deportista amateur
Con un amateur, "el contexto y los objetivos son totalmente diferentes". La constancia, la diversión, una alimentación equilibrada y entrenar para disfrutar y mantener un buen estado de salud deben ser los pilares vertebrales.
"Para el amateur esa mejora, sin ser despreciable, no es nada crucial", apunta el nutricionista del Burgos BH. "Lo importante para él es mantenerse saludable, disfrutar de los entrenamientos y competir en las mejores condiciones posibles, siendo consciente por sus cualidades, que difícilmente va a obtener grandes resultados en pruebas de alto nivel".
En este contexto, Celdrán destaca tres claves importantes:
- Ser constante con los entrenamientos siempre que la situación laboral y familiar lo permita.
- Ajustar bien la carga de entrenamiento acorde al ritmo de vida.
- Disfrutar permanentemente del proceso.