
Tres mentalidades que diferencian a los mejores del resto
En Planeta Triatlón ya hemos hablado sobre la importancia de la mente y la psicología deportiva para mejorar el rendimiento.
Hoy volvemos al tema de la mano Alex Auerbach, quien lleva más de una década entrenando a deportistas profesionales y a unidades militares de élite. Este psicólogo experto en rendimiento, que en la actualidad ejerce de Director de Bienestar y Desarrollo de los Toronto Raptors (equipo campeón de la NBA en la temporada 2018-2019), asegura que "los verdaderamente grandes reconocen su mentalidad como una ventaja competitiva".
El que fuera Director de Psicología Clínica y Deportiva de la Universidad de Arizona señala a la psicología del rendimiento como "la próxima frontera" entre la salud y el alto rendimiento. Mientras el entrenamiento físico, el entrenamiento atlético y la nutrición ya se han enfrentado a esta "revolución", el desarrollo de la mente parece ser el siguiente gran desafío.
Auerbach aboga por el "desarrollo de la mentalidad -o un conjunto de creencias y actitudes que guían el comportamiento" para convertirte en un gran deportista. En un hilo publicado en su cuenta de Twitter, ha repasado las que considera "las tres mentalidades que separan a los mejores del resto".
Mentalidad de crecimiento, con una pizca de mentalidad fija
Son dos mentalidades distintas, pero compatibles entre sí. De hecho, "los mejores las tienen", asegura Auerbach.
"Los mejores tienen una base de mentalidad de crecimiento. Creen que el esfuerzo conduce a sus resultados, que los errores o los fracasos son oportunidades para mejorar, y que con un aumento de la persistencia, alcanzarán sus objetivos".

Pero también hay algo de mentalidad fija. "Creen que tienen el talento natural necesario para pertenecer a la élite, que sus habilidades innatas les separan de los demás y se toman el fracaso como algo personal".
En este contexto Auerbach apunta a un error habitual: poner la mentalidad de crecimiento en un pedestal tan grande que el marco original de la psicología se pierde. Esto se traduce en "una demonización de la mentalidad fija, que todos los artistas de élite necesitan para creer en sí mismos".
Ambas mentalidades, pese a parecer opuestas, se complementan y "los mejores saben que se trata de ambas cosas, no de ninguna".
La mentalidad de que el estrés mejora
Hay muchas formas de afrontar el estrés y la presión. Algunos deportistas creen que les hace mejores, otros que es mejor evitarlo. También hay quien creen que el fracaso bajo estas circunstancias es una oportunidad de aprendizaje, mientras otros ven en ellas una barrera al rendimiento.
"Si crees que el estrés es debilitante, entonces, por supuesto, ante las señales de estrés, empezarás a retroceder y a preservarte. Esto rara vez, o nunca, conduce a la victoria", explica Auerbach. Una afirmación que recuerda a Jan Frodeno, para quien "la presión es un privilegio".
¿Cómo podemos enfrentar de manera adecuada el estrés? "Los datos de los Navy SEALs, la principal fuerza de operaciones especiales de la Armada de los Estados, sugieren que los que se limitan a resistir son peores compañeros de equipo -no pueden entender cómo los demás no adoptan el mismo enfoque- e ignoran los datos relevantes de sus mentes y cuerpos que podrían mejorar el rendimiento".
La mentalidad de crecimiento de la que hablábamos anteriormente tienen también sus riesgos, como esa posibilidad de tratar el fracaso como una oportunidad de aprendizaje. Tal y como explica Auerbach, "en situaciones de estrés, socava el rendimiento".
Esto se debe a que, en situaciones de presión y estrés, "pensar que no pasa nada por fracasar porque aprenderás de ello te da un poco de espacio para relajarte". Y no es eso lo que buscan los grandes deportistas. "Los mejores no buscan una salida o hacer las cosas más fáciles", quieren hacer las cosas lo mejor que pueden justo en ese instante.
"Aprender del fracaso no te ayuda a ejecutar AHORA MISMO. Los mejores maximizan los datos que utilizan en el momento y no aplazan la oportunidad para el futuro", apunta este experto en rendimiento.
El fracaso es una gran oportunidad para aprender, por supuesto. "Pero, en el momento, empezar a pensar en lo que podrías aprender si fracasas es simplemente orientarte hacia el fracaso".
Es por ello que los mejores emplean el estrés para mejorar sus resultados. Usan la información que esta emoción les brinda para "aumentar la energía y el esfuerzo, para asumir un riesgo calculado, para abordar un nuevo reto".
"Al utilizar el estrés de forma eficaz, los mejores son capaces de maximizar su rendimiento bajo presión y aprovechar las condiciones que facilitan un aumento de la energía, la concentración y el esfuerzo".
La recuperación es una inversión
El esfuerzo ya no lo es todo. Ahora los deportistas de élite "saben apreciar los inconvenientes del sobreentrenamiento. Conocen sus límites".
Hay que dejar de autosabotearse, ahora "los mejores reformulan su forma de pensar sobre la recuperación", que ha dejado de ser "el tiempo que el enemigo se lleva por delante" y se ha convertido en "una inversión en un futuro".

Es cierto que el deporte tiene etapas y momentos en los que el esfuerzo debe ser grande, y ahí reside la clave de los grandes atletas: saben cuándo hay que acelerar y cuándo hay que reducir el ritmo.
"El autocuidado, el sueño, la recuperación activa: son inversiones en la grandeza futura, no distracciones del rendimiento presente".