
Natación en aguas abiertas: anticípate con esta sesiones en piscina
Con la llegada del buen tiempo, los triatlones y las travesías están a la vuelta de la esquina, pero si no queremos que nos pille el toro tenemos que empezar a prepararnos con bastante antelación para poder llegar con suficiente preparación al día de la prueba.
Para mucha gente resulta muy complicado (o imposible) entrenar en aguas abiertas, ya sea porque viven lejos de la costa o simplemente porque en los meses de invierno hace demasiado frío como para nadar al aire libre.
Sin embargo, esto no quiere decir que no podamos hacer nada y que debamos resignarnos a preparar la parte de natación de nuestros triatlones cuando empiece a hacer bueno.
De hecho, existen multitud de entrenamientos o técnicas que podemos realizar en una piscina y que nos servirán de simulación si no podemos entrenar en aguas abiertas.
Nada en grupo, cuantos más mejor
Si nunca has participado en un triatlón, probablemente no estés familiarizado con el término “la lavadora” pero si ya has completado alguno seguro que lo has tenido que sufrir.
Los primeros 200 metros del inicio de un triatlón son muy duros, todo el mundo esta amontonado pateando, salpicando y contribuyendo a un tumulto general.
Este caos es lo que se conoce como “la lavadora” y es causante de miedos a la hora de participar, incluso ha provocado que muchos atletas se rindan tras su primera carrera o se retiren para evitar este fenómeno.
Así que una buena forma de practicar este comienzo es nadar en una piscina abarrotada en hora punta, o conseguir un grupo de amigos que naden en el mismo carril, salpiquen, hagan olas y en general, te molesten.
Aguanta la respiración
Muy relacionado con el punto anterior. En un arranque caótico, con mucha gente agolpada en poco espacio luchando por ganar posiciones no es nada fácil respirar bien, por lo que acostumbrarte a sentirte incómodo con la respiración te será de gran ayuda para el día de la prueba.
¿Cómo hacerlo? Es sencillo, si normalmente estás acostumbrado a respirar en cada brazada, intenta aguantar y respirar cada tres, cinco o siete brazadas. También puedes probar con series más largas, en las que comiences aguantando la respiración por completo y el resto de la serie te encuentres en un estado de hipoxia, respirando lo menos posible.

Practica el avistamiento
Ya has conseguido salir y sobrevivir a la lavadora, ahora debes ser capaz de nadar en línea recta y orientarte bien si no quieres nadar de más.
Cuando nadamos en aguas abiertas y rodeados de gente, lo más probable es que entre las corrientes y el caos general nos desorientemos, pero debemos procurar mantener la referencia de la boya a la que tenemos que nadar en todo momento.
Lo mejor para mantener la referencia es que aprendas a mantener la cabeza erguida mientras nadas. El ejercicio de tarzán es una práctica utilizada por nadadores y waterpolistas que consiste en nadar con la cabeza fuera del agua.
Se trata de un ejercicio bastante exigente ya que cada vez que levantemos la cabeza, nuestras caderas se hundirán y nos costará más trabajo nadar por la resistencia añadida.
Lo bueno es que fortaleceremos los músculos del trapecio y mejoraremos nuestra capacidad de avistamiento, además de poder observar cómo es la entrada de nuestra brazada y poder mejorar la técnica.
Haz ejercicios de técnica
En aguas abiertas el oleaje es incierto, sumado a las salpicaduras de agua de los otros nadadores que se encuentran a nuestro alrededor.
Por tanto, debemos asegurarnos de tener todas las herramientas para maximizar nuestra eficiencia de nado.
Practica las formas en las que puedes estar obligado a nadar para perfeccionar tu técnica, lo que te ayudará a ahorrar energía en general y te verás menos afectado por el caótico entorno general.
Respira por ambos lados
Si normalmente respiras por un lado concreto, comienza a practicar por el otro o ve alternando.
¿Por qué? A veces las boyas están alineadas en línea recta, por lo que nadar y respirar por ambos lados te garantiza ser capaz de tener una boya a la vista en todo momento.
También es posible que tengas un nadador a uno de tus costados del que no seas capaz de despegarte y necesites respirar por el otro lado para no tragarte el agua que desplace.

Por último, tampoco sabes de qué lado vendrán las olas, ser capaz de respirar del lado contrario te ahorrará mucha agua y tu cabeza romperá menos contra la ola.
Con estas recomendaciones serás capaz de preparar con antelación tu próximo triatlón y estar listo para todos los desafíos que se interpondrán en tu camino.