
Cómo gestionar la nutrición entre temporadas
Octubre. Tras un largo periodo en el que hemos empleado muchas horas de nuestra vida diaria en el entrenamiento, en el que hemos viajado por gran parte de la geografía nacional a competir y hemos hecho grandes sacrificios a todos los niveles, llega ese momento de la temporada en el que -oh, albricias- vamos a poder dejar descansar a cuerpo y mente. Atrás quedan los madrugones, el frío, el calor, las lluvias, las nieblas, los viernes por la noche en casa pronto a la cama y las malas caras de nuestras benditas parejas.
Pero y ahora que ha terminado la temporada, ¿qué? ¿Libre albedrío a la hora de comer?
Ni de coña. Hemos de seguir cuidándonos. Es lógico pensar que este descanso tan merecido puede (o debe) ir acompañado de un buffet libre, comer lo que nos dé la real gana y darnos a la buena vida con atracones pantagruélicos que hemos tenido que evitar a lo largo de la temporada. Al fin y al cabo, como el año que viene se presenta frío y largo, qué mejor que empezarlo con calorías de más. Pues no. Dependiendo del peso extra que se haya cogido (que normalmente es grasa) puede que sea un lastre innecesario para principio de temporada, que sabemos que es muy larga, y no deja de ser un esfuerzo extra que tendremos que acompeter.
El periodo de desconexión total, que varía entre deportistas, puede oscilar entre semana y media y cuatro semanas. Sea como sea, hay que seguir cuidándose. Mantener determinados hábitos nutricionales en este periodo es primordial si queremos aprovechar todo lo conseguido el año anterior. Como se dice en el mundillo, hemos de llegar DNM: Descansados, Nutridos y Motivados.
¿Cómo se logra en la parte nutricional?
- Vamos a continuar con la rutina de cinco ingestas diarias.
- Evitaremos en la medida de lo posible ayunos entre comidas de más de tres horas.
- Apostaremos por los productos de temporada (frutas, verduras y hortalizas), que nos aportan los macronutrientes y vitaminas que necesitamos en esta época, aparte de son más económicos que aquellos que son de otra época del año.
- Evitaremos en la medida de lo posible las frutas, las comidas altas en grasas saturadas, la comida basura, los snacks, la bollería industrial y los refrescos.
- Incluiremos en la alimentación una variedad amplia de nutrientes: hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables.
- Seguiremos hidratándonos con total normalidad, entre dos y dos litros y medio de agua al día.
En esta época -está claro- no hace falta seguir una pauta nutricional estricta, pero sí vamos a tener que trabajar el sentido común: al no realizar ninguna actividad deportiva nuestro gasto calórico va a ser inferior, de ahí que nuestras necesidades se vean disminuidas.
A modo de truco podemos llenar los platos de comida con menos cantidad. Los almuerzos y las meriendas podrían ser más livianos. En definitiva, vamos a tratar de aportar al cuerpo todos los nutrientes necesarios pero procurando que el balance entre las calorías quemadas y las consumidas sea lo más equilibrado posible.