Periostitis tibial: ¿cómo afrontarla una vez que ha surgido?
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Periostitis tibial: ¿cómo afrontarla una vez que ha surgido?

La periostitis tibial es una afección dolorosa en el hueso de la tibia y a su recubrimiento, el periostio. Esta afección es común en atletas, especialmente en aquellos que participan en actividades que requieren de esfuerzos explosivos como puede ser un sprint o saltos. Un ejemplo pueden ser los atletas que compiten en los 110 metros vallas, cuya disciplina requiere de estos dos tipos de esfuerzos.

Los síntomas más evidentes de esta lesión son tres:

  • Dolor en la parte frontal y lateral de la tibia.
  • Dificultades para caminar y correr con normalidad.
  • Molestias al tocar la parte lesionada.

Una inadecuada recuperación o dejar esta lesión sin tratar puede conllevar a un empeoramiento de esta afección. Uno de los fisioterapeutas más reputados del mundo deportivo, Marinus Winters, elaboró un artículo de investigación al respecto donde dio una serie de pasos a seguir para afrontar la periostitis tibial:

periostitis tibial
Fuente: Canva

Planifica una estrategia de recuperación

Una vez la lesión se ha hecho patente, lo primero de todo va a ser seguir un plan de recuperación. Este plan debe formarse gracias a una adecuada gestión de la carga, conocimiento sobre las técnicas de recuperación más eficaces y unas expectativas realistas.

Pon los pies en la tierra: la realidad es una aliada

Debes tener claro que esta afección no se recupera de la noche a la mañana. Según la experiencia clínica de cada paciente, la recuperación puede llevar unos tres meses. La pregunta que viene a la cabeza de todo el mundo es: ¿se puede correr hasta que no exista ningún tipo de dolor?

La ausencia del dolor, al 100%, no es necesario para poder realizar actividad física. Es mejor hablar de si el dolor es soportable o no en lugar de marcar esas sensación con porcentajes. La prioridad clara, durante esta etapa, es mejorar las capacidades del tejido.

Encontrar el equilibrio entre síntomas y carga

Regresando al punto del grado de dolor de esta afección, la carga de trabajo debe estar en consonancia con el punto en el que se encuentra la lesión. Si es reciente, lo lógico es aplicar un descanso de cualquier tipo de ejercicio físico.

Una vez la aflicción permite realizar ejercicio físico, y sean actividades enfocados en la adaptación y evolución del periostio, la carga de trabajo debe variar con la evolución de la lesión. Un incremento por semana de un 10%, como máximo, puede ser fundamental para evitar una recaída de la lesión. Sin embargo, diversas investigaciones afirman que no pasa nada por elevar ese porcentaje hasta el 30%.

periostitis tibial
Fuente: Canva

Una buena manera de controlar la carga son con las sesiones de running. Correr un poco más, ya sea en duración o en distancia, es de ayuda para monitorear el avance en la recuperación.

Además, la sobrecarga progresiva no solo es eficaz para saber el cómo está transcurriendo la lesión. Las actividades de carga favorecen a la remodelación ósea y estimular las propiedades mecánicas de la fascia (tejido conectivo que recubre todas las estructuras del organismo para sujetarlas, darles forma y protegerlas).

Estos son los métodos de recuperación

Cuenta con herramientas para reducir el dolor: los masajes con hielo, la reducción de carga (cuando el dolor es insoportable) o los trabajos con el fisioterapeuta son beneficiosos en el momento que sientes que el dolor es insoportable.

Todo apunta a que sentir algo de dolor durante la carga de trabajo puede ser más positivo que esperar a no sentir ningún tipo de malestar. Los expertos médicos aconsejan que el dolor no debe pasar de una pequeña molestia mientras se realiza ejercicio físico.

El plan de recuperación debe incluir un programa de carga tibial graduada, además de ejercicios de flexión plantar para el tobillo.

La cirugía como última opción

Si se han seguido las directrices del tratamiento conservador y la lesión no remite, es el momento de optar por la cirugía. La operación para poder recuperarse de esta afección es la fasciotomía, que tiene el fin de aliviar la hinchazón y la presión en un comportamiento del cuerpo.

Si el deportista no tiene una patología previa y el expediente clínico no indica lo contrario, la cirugía debe plantearse como el último recurso.

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