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Periostitis tibial: claves y consejos para evitarla

En el video de hoy JuanP Vázquez nos explica las claves para recuperarnos de una lesión que afecta a casi todos los corredores en algún momento de su carrera: La periostitis tibial.

Antes de nada: ¿qué es la periostitis tibial?

La periostitis es la inflamación del periostio, que es una membrana que separa la musculatura del hueso. Aunque esta membrana se encuentra en todos los huesos del cuerpo, la que afecta a los corredores es la referida a la tibia.

Esto ocurre a causa de toda la musculatura que rodea la tibia. Recordemos: gemelos, soleo o tibiales tienen contacto directo con la zona, y hay que tener en cuenta que son músculos claves a la hora de desarrollar la carrera a pie.

Cuando la zona de la tibia, a causa de esa tensión en carrera, roza con el hueso, afecta al periostio y hace que se inflame.

Se trata de una lesión muy dolorosa que aparece siempre en la cara interna de la tibia. La buena noticia que tenemos es que hay muchas soluciones para poder tratarla.

Crioterapia

Utiliza frío a diario después de entrenar, mejor si es justo después.

Si tienes oportunidad, llévate a los entrenamientos una nevera azul de las de la playa, llénala de agua y mete dentro unas cuantas bolsas de hielo. Mete las piernas dentro tras entrenar y déjalas entre doce y quince minutos.

Esto sirve para bajar la inflamación que se produce y que la musculatura se relaje. La periostitis tibial va a seguir estando ahí, pero al menos lograrás que no avance.

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Foto: Envato Elements

Ve al médico

Lo más probable es que te recete antiinflamatorios para mitigar los dolores

Es la solución más común, y la principal ventaja es que, efectivamente, a corto plazo elimine los dolores que tengas. El inconveniente: que no es un trabajo a medio plazo que te asegure no volver a sufrirla de aquí en un tiempo.

Revisa la pisada

Ya sea con un podólogo o con un estudio de técnicas de carrera, ya que hay que saber cómo funciona el pie al correr.

Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el pie y su biomecánica funcionan de manera diferente en reposo, andando y corriendo. Y de cara a evitar la periostitis tibial es básico saber cómo responde tu musculatura y la estructura ósea al impacto del suelo.

Lo mejor es hacer unas pruebas corriendo, dónde vean la técnica y analicen la pisada.

Es posible que, tras el análisis de la pisada, el podólogo o el biomecánico te recomiende la utilización de unas plantillas, que ayudarán a reducir la tensión que provoca los dolores e incida en mitigar el efecto de la periostitis.

Cambia de zapatillas

Ya os hemos comentado en varias ocasiones lo importante que es entrenar con varios pares de zapatillas: no solo porque alargaremos su vida útil. También, reduciremos nuestro riesgo de lesión.

¿Por qué? Pues básicamente porque alternando zapatillas y modelos, obligaremos a los pies a trabajar de manera diferente, lo que hará que cada parte disminuya gradualmente su esfuerzo.

Esto, a la postre, redundará en una tensión más equilibrada, y no focalizada en unos puntos en concreto.

Dicho ésto, lo más indicado para reducir los efectos de la periostitis tibial es buscar unas zapatillas con amortiguación, sobre todo para utilizarlas en los rodajes más largos, en los que al entrar en juego la fatiga, empeoramos nuestra técnica de carrera.

Nosotros te proponemos dos modelos:

ASICS Nimbus 23 Calzado para Correr en Carretera para Hombre
  • Material: Sintético
  • Material Interno: Sintético
  • Altura del Talón: 25 mm

Ve al fisio

Recibir masajes de forma periódica va a ayudar a aliviar la tensión de la zona.

Probablemente te traten la lesión desde la parte trasera porque la delantera suele estar muy inflamada: te trabajarán la descarga de los gemelos, de los soleos y del resto de musculatura anterior.

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Foto: Envato Elements

Estas descargas de la musculatura pueden ir acompañados de otros tratamientos como punción seca u otros con corriente, pero eso lo tiene que decidir el especialista.

Baja el volumen de entrenamiento

No hagas tiradas muy largas. Son preferibles los entrenamientos cortos y controlados, con especial cuidado con las intensidades y las cadencias ya que muchas veces puede venir la lesión por una frecuencia de zancada demasiado baja.

Esto se soluciona acortando la zancada: incrementando el ritmo de cada ciclo de pisada reduciremos el impacto en la zon del talón.

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