
Un Campeón del Mundo ya predijo en 2014 que se podía llegar a 7h30' en Kona
No hay que retroceder demasiado atrás en el tiempo para volver a aquella época en la que el gran debate era si se conseguiría bajar de las 8 horas en el Campeonato del Mundo IRONMAN de Kona.
En 2017, en su primera victoria en Mundial de Hawái, Patrick Lange estuvo cerca de conseguirlo. El alemán cruzó la meta en 8:01:40 corriendo por segundo año consecutivo por debajo de 2h40' -lo que por entonces era considerado una absoluta locura- y estableciendo un nuevo, también sorprendente, récord de la prueba (lo tenía Craig Alexander, con su 8:03:56 en 2011).
Para ponerlo en contexto, la media de tiempo del ganador de IRONMAN Kona en los cinco años previos, entre 2012 y 2016, había sido de 8h13'. Cinco años antes, a Pete Jacobs le había bastado con llegar a la famosa meta del Pier en 8:18:37 para hacer con su primer y único título de campeón del mundo. Pero el australiano no tardaría en darse tiempo de que, esas marcas, pronto serían anecdóticas.
En 2018, un año después de su récord mundial, Lange volvió a Hawái y reventó su propia marca en uno de los mayores mordiscos al crono que se recuerda en Kona: 7:52:39 firmó el de Canyon para hacerse con su segundo título consecutivo.

La continuación de la historia, ya la conocemos: las 7:51:13 de Jan Frodeno en 2019 y, ahora, las recientes 7:40:23 de Gustav Iden en este 2022. En sólo cuatro ediciones de Kona hemos pasado de soñar con bajar de las 8 horas, a tener un campeón del mundo casi 20 minutos por debajo de esa barrera.
Quizá parezca una locura, pero algunos veteranos ya predijeron que esto podría suceder. El 1 de enero de 2014, Pete Jacobs -precisamente, el campeón del mundo de más lento de los últimos 12 años- hacía una apuesta arriesga en Twitter.
"“Mi objetivo en 2014 es cruzar la meta de Kona en 7 h 30 min", lanzaba el australiano, que dos años antes había sido campeón del mundo, pero en 2013 había cerrado su paso por Hawái con una discreta 31º posición.
El tuit de Jacobs no pasó desapercibido y recibió respuestas de todo tipo de aficionados y profesionales del mundo del triatlón. Días más tarde, el 8 de enero, Pete hablaba en su blog sobre el revuelo que habían levantado sus palabras.
Una meta sin límites conlleva un viaje sin límites
"Las mejores respuestas fueron las que entendieron lo que estaba diciendo, como 'apunta a las estrellas y quizás llegues a la luna'", mencionaba el triatleta hace casi nueve años.
En la apuesta de Jacobs había mucho más de motivación, que de números reales. "Necesitaba una meta de tan largo alcance que me ayudara a descartar todos los pensamientos de límites", explicaba. "Una meta que en sí misma no tiene límites hace que el viaje sea también sin límites a lo largo del camino".
¿Y cómo se traduce todo esto al proceso? "Debería ser más fácil entrenar sin límites si el objetivo final en sí no los tiene".
En aquella época, también aparecían las predicciones de aquellos que trataban de traducir esa marca objetivo en diferentes parciales. ¿En cuánto debería nadar, montar en bici y correr Jacobs? ¿Cuánto más rápido que Craig Alexander tendría que ir?
"Me sentí halagado de que la gente tomara mi comentario de las 7h30' lo suficientemente serio como para entretener la idea de cómo lo lograría", reconocía.
Pero, como suele ocurrir, también aparecieron los detractores. "Siempre hay algunos negativos que quieren traerte de vuelta a la tierra, o 6 pies debajo de ella, diciéndote lo imposible que es y esperan verme fallar". ¿Cómo reaccionó el australiano ante ellos? Lanzando una pregunta: “¿De qué sirve establecer una meta que sabes que puedes lograr?".
Establecer metas por encima de nuestras posibilidades
Aquel enero de 2014, muchos pensaron que Pete Jacobs estaba estableciendo una meta por encima de los límites humanos. Probablemente hubiéramos pensando lo mismo en aquel entonces si hubiéramos hablado de la barrera de las 2 horas en un maratón.
Hoy día, sabemos que no es imposible y somos conscientes de que ese momento llegara antes o después.
Como apuntaba el campeón del mundo IRONMAN, "establecer una meta que esté más allá de tus límites puede no funcionar para todos, pero para mí es la forma de sacar el máximo provecho de mí mismo".

La ambición de Kipchoge y su famoso lema, "No Human Is Limited", han llevado a este Keniano a conseguir registros que creíamos imposibles. La motivación de Gustav Iden le ha convertido en el hombre más rápido de la historia de IRONMAN Kona. Hace muy pocos años, el registro de noruego en Kona, uno de los IRONMAN más duros del planeta, hubiera sido récord del mundo.
Establecer metas ambiciosas es una forma de mantenerse motivado y enfocado en las cosas correctas, explicaba Pete. Y, la lección que esto nos deja, no tiene nada que ver con los récords.
"Si no llego a casa en 7h30', y eres un idiota, pregúntame si estoy decepcionado", lanzaba el triatleta. Aquel octubre de 2014, Pete Jacobs no terminó IRONMAN Kona. No volvería a lograrlo nunca más. Volvió a intentarlo por última vez en 2017 y volvió a encontrarse con una retirada.
Pero la lección que nos dejó, cobra cada día más sentido. "Por supuesto, hay quienes piensan que es realista y que algún día alguien, posiblemente yo, podría lograr esta vez. Y esa gente es la mejor".
Pete, estabas en lo cierto.