¿Por qué nos gustan tanto las pruebas Ironman?
¿Por qué nos gustan tanto las pruebas Ironman?

¿Por qué nos gustan tanto las pruebas Ironman?

Vale. Sí. Ha empezado ya el año. Todos hemos hecho nuestros propósitos de año nuevo: perder peso, llevar una vida más sana, apuntarnos al gimnasio, aprender inglés, dejar de lado el rodillo y salir a entrenar más tiempo fuera (este ha sido el mío)... Lo que sea. Y más de uno, y más de dos, habréis dicho "este año hago un ironman". Es más: Alguno de los que me estáis leyendo no habréis debutado en triatlón y ya estaréis pensando en cruzar ese arco de meta del logotipo de la M y la bolita encima, y que os pongan una medalla que pesa kilo y medio y alguien os diga aquello de "you're an ironman".

Sí, no pongáis esa cara que es cierto: yo conozco gente que debutó en triatlón en larga distancia.

Y la pregunta es: ¿por qué? ¿qué necesidad hay? Muchas veces me hago esta pregunta, porque también he de reconocer que yo estaba ansioso por llegar. Y veo gente a mi alrededor que ya planifica 2017, y que en su estado de whatsapp tiene un "I'll be an ironman" (seré ironman). ¿Qué nos mueve entonces a todos? ¿Qué tienen de especial los 226 kilómetros?

Supongo que todos somos conscientes del sacrificio que conlleva, de que es duro, que es doloroso, que se va a sufrir... Incluso: también me he cruzado con gente que ha hecho uno e inmediatamente te dice "ni uno más", "tenía que hacerlo pero ya está"... y a la semana, cuando ya tiene descansadas las piernas, está mirando el calendario para ver en qué nuevo berenjenal se mete.

¿Qué es, entonces, lo que nos mueve a querer hacer un ironman?

En mi opinión, el dolor, el sufrimiento, el descubrir nuestros propios límites, el enfrentarnos y superar los obstáculos en los entrenamientos y en la propia prueba y las sensaciones de euforia de después de acabar son un sentimiento único. Igual que son únicos e indescriptibles los nervios de estar en la línea de salida, cinco minutos antes de que todo empiece, y echar la vista atrás e, independientemente de cómo termines la carrera, sentirte completamente invencible.

Supongo que todos estos factores influyen en la adrenalina y, visto en conjunto, convierte a un ironman en algo completamente adictivo.

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