
Cómo recuperarse mentalmente de una lesión deportiva
Sabemos cómo cuidar nuestra nutrición para recuperarnos de una lesión lo más rápido posible, también hemos hablado de cómo mantener la forma en ese duro proceso y sobre cómo volver a correr una vez recuperados. Pero, ¿qué hay del aspecto mental?
Una lesión deportiva es uno de los golpes más duros al que podemos enfrentarnos cualquier deportista en nuestro día a día. Por no hablar de aquellas más graves que pueden dejarnos fuera de juego durante meses o incluso durante toda una temporada.
Se habla mucho de las consecuencias en el rendimiento físico cuando nos lesionamos, pero muy pocos hablan sobre el varapalo mental que conlleva: tristeza, ira, irritabilidad, frustración, dolor o miedo a volver a lesionarse son algunas de las emociones que podemos experimentar.
La recuperación mental puede ser tanto o incluso más dura y exigente que la recuperación física, haciendo aún más difícil que un atleta vuelva a rendir a su máximo nivel. En el deporte, la fortaleza mental es tan importante como la aptitud física para alcanzar el éxito.

En el triatlón hemos visto casos como el de Javi Gómez Noya, que tuvo que renunciar a los Juegos Olímpicos de Río tras sufrir una fractura en el codo cuando entrenaba en bici poco antes de la cita; el de Jan Frodeno, que se perdió un Mundial de Kona por culpa de una fractura por estrés o el más reciente de Lucy Charles, que no pudo estar en St. George también debido a una fractura por estrés. Pero todos ellos han tenido algo más en común que la desgracia: han sido capaces de regresar y volver a ganar.
Sin embargo, tal y como apunta Dan Pillow, psicólogo clínico/deportivo de Henry Ford Health, "no es raro que las lesiones alimenten sentimientos de aislamiento, frustración, ansiedad e incluso depresión". La ausencia en una competición "puede afectar al bienestar emocional, bienestar social y su autoconcepto o identidad”.
Por ello, debemos trabajar activamente con una perspectiva positiva, realista y optimista. En este artículo repasamos cuatro consejos claves para recuperarse mentalmente de una lesión deportiva.
Establecer objetivos claros y realistas
Los deportistas somos unos auténticos fans de los datos de entrenamiento. Somos fijadores naturales de objetivos basados en ellos, no podemos evitarlo. Es nuestra forma de medir nuestro progreso.
Sin embargo, tras una lesión debemos ser capaces de entrar en standby: olvida los objetivos anteriores, las circunstancias ahora son diferentes. Nuestras metan deben readaptarse y, sobre todo, ser claras y realistas con el nuevo escenario.
Si has estado dos meses sin correr, pensar en lograr una MMP en las próximas semanas no es lo más sensato. Adopta metas medibles, alcanzables y relevantes.
La visualización ayuda
La ciencia ha demostrado que cuando visualizamos una acción y la realizamos, estimulamos las mismas regiones en nuestro cerebro. Desde Stephen Curry, estrella de la NBA, hasta la esquiadora olímpica Lindsay Vonn, han utilizado habitualmente la visualización para mejorar su rendimiento.
Si te estás recuperando de una fractura en el pie, visualízate volviendo a tus entrenamientos más exigentes, corriendo a toda velocidad con dos pies sanos y fuertes.
Optimismo
Una de esas frases motivadoras que a veces da pereza escuchar dice que "la suerte es una actitud". Puede sonar cursi, pero detrás de ellas hay una gran realidad.
Cuando enfrentamos grandes desafíos en la vida, nuestra mente puede nublarse con pensamientos negativos. Esto se debe a que el mecanismo del cerebro está programado para centrarse en las amenazas inmediatas o el pesimismo en lugar de ser optimista.
Repetirnos diferentes afirmaciones positivas puede ser una estrategia muy efectiva.

Céntrate en el presente
Uno de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos cuando nos lesionamos es la gestión de las emociones. Una de ellas es que ansía volver a competir y rendir como lo hacíamos antes. Sin embargo, las lesiones requiere tiempo y paciencia para lograr una buena recuperación.
Esto puede generar lo que conocemos como ansiedad anticipatoria, un problema fruto del estado de inseguridad por lo venidero: la ansiedad, el miedo, la irritabilidad, la tristeza o el enfado. Todas están provocadas por nuestros “futuribles”.
¿Cuándo volver a correr? ¿Cuándo volveré a conseguir mis ritmos? ¿Volveré a mi estado de forma? ¿Cuándo podré competir? Olvidarse de todo ese futuro que nos atormenta y centrarse en el presente es fundamental para recuperarse mentalmente de una lesión deportiva.