
"Los procesos no son buenos o malos": La reflexión de Ismael Galancho sobre lo que ocurre en nuestro cuerpo
Uno de los grandes errores que cometemos a la hora de pensar en salud es tratar a los procesos de “buenos o malos” en lugar de entender la razón de por qué existen estos procesos y la proporción en la que estos resultan beneficiosos o negativos.
Ismael Galancho, asesor en nutrición y ejercicio, compartió en redes sociales algunos de los procesos que tendemos a considerar positivos (o negativos) debido a la falta de información que tenemos de su finalidad. Pero en este artículo conseguirás saber un poco más sobre algunas herramientas que tiene tu cuerpo y el objetivo que estos tienen.
Anabolismo y Catabolismo
Podríamos definir el metabolismo como una serie de reacciones químicas que las células realizan para mantenerse con vida y, por consiguiente, a todo el organismo.
Dentro del metabolismo existen dos fases: anabolismo y catabolismo
Por una parte, el anabolismo, también conocido como metabolismo constructivo, es un proceso que consiste en fabricar y almacenar. Contribuye al mantenimiento de los tejidos y a la regeneración celular.

Por otra parte, el catabolismo o metabolismo destructivo es el proceso que permite producir la energía necesaria para toda la actividad que tiene lugar en las células, calienta el cuerpo y permite que los músculos se contraigan y que el cuerpo se mueva.
En cambio, cuando existe falta de energía, se produce un proceso inverso al anabolismo en el que los tejidos musculares se descomponen para suministrar nutrientes a la sangre, conocido como Catabolismo muscular.
Los esteroides anabólicos estimulan el tejido muscular para que crezca y aumente el volumen en respuesta al entrenamiento, pero el abuso de estas sustancias está estrechamente relacionado con el cáncer de hígado y los ataques al corazón.
Por tanto, para evitar que nuestro cuerpo utilice aquellos tejidos que nos han costado forjar a base de trabajo duro, debemos darle al cuerpo nutrientes de calidad que aporten mucha energía al organismo para que este funcione con normalidad.
Autofagia
La autofagia es otro proceso celular en el que se degradan proteínas y orgánulos envejecidos pero que se activa solo en condiciones de estrés.
Pese a que este sistema solo se active mediante una situación que no es sana a largo plazo en el organismo (estrés) la autofagia por si misma no resulta dañina para el organismo y, de hecho, podría ser beneficioso para prevenir algunos tipos de cáncer debido a que se eliminan posibles células cancerosas.
Una forma de estimular la autofagia es rebajando la cantidad de carbohidratos que consumimos y regulando periodos de ayuno.

Cortisol
El cortisol es una hormona que influye en el metabolismo, regula los niveles de inflamación o controla la presión sanguínea entre otras cosas.
Se libera como una respuesta del organismo al estrés y a niveles bajos de glucosa en sangre
Pese a esto, un exceso de cortisol puede alterar todas las funciones antes destacadas. Cuando el estrés se convierte en crónico, los niveles de cortisol se mantienen siempre altos y nuestro cuerpo está en una especie de lucha perpetua, provocando que todos los sistemas indispensables para la supervivencia no funcionen correctamente.
Insulina
La insulina es otra hormona que influye en el metabolismo. Se libera en el páncreas como respuesta a la presencia de glucosa en la sangre con el objetivo de captar esta glucosa y transportarla a donde sea necesario para cumplir distintas funciones, como, por ejemplo, ser fuente de energía.
En cambio, una alta presencia de insulina en el organismo está relacionada con el sobrepeso, debido a que la insulina transporta la glucosa hasta los depósitos que hay en el hígado y a los músculos. Pero cuando estos depósitos están llenos, la glucosa se acumula en el organismo en forma de grasa.
Para mantener unos niveles óptimos y saludables de insulina debemos prestar atención a nuestro consumo de carbohidratos, considerando lo que comemos y cuánto comemos.
