
6 relaciones personales que te dan la vida como triatleta
El triatlón es un deporte individual, pero todo triatleta que se precie tiene un gran equipo detrás. Dice Kevin Heinz que, “por más difícil que sea llegar a la meta de un triatlón, es aún más difícil llegar a la línea de salida”. Y cuánta razón lleva.
Es complicado hacerlo sin la ayuda y el trabajo de unas cuantas personas. ¿Quién podría competir a menudo sin un buen fisioterapeuta? ¿O sin el apoyo incondicional de su pareja?
El triatlón es un deporte complicado y queremos que así siga siendo. Pero nos enseña grandes cosas, como valorar y cuidar las cosas realmente importantes. Así que, si eres un triatleta en toda regla, no olvides alimentar correctamente estas relaciones, serán clave en tu búsqueda de la excelencia deportiva:
Los amigos del triatlón
Probablemente llegarás al triatlón por ellos. O quizá estés muy loco (hay que estarlo para interesarse por sí solo en un deporte como este). El caso es que puede que tus amigos te hayan dado al triatlón, o que el triatlón te haya dado a tus amigos. Pero, de un modo u otro, sin ellos no eres nadie.
Los amigos son uno de los grandes motores de nuestro día a día. Son los que nos ayudan a salir de la cama y sacar entrenamientos que creíamos impensables, son los que “liamos” para ir a esa prueba a la que tantas ganas tenemos, son los que nos dan ese punto extra porque no queremos que lleguen a la meta antes que nosotros y, sobre todo, son el pilar fundamental de todas estas experiencias.
Tu pareja
Puede que el triatlón sea muy importante, pero no tanto como lo somos nosotros para nuestra pareja. Nuestro deporte necesita mucho tiempo y dedicación para alcanzar grandes cotas de rendimiento, pero no a cualquier precio.
Primero porque no podemos dejar de lado las cosas realmente importantes. Y segundo porque, si tu relación más clave no va bien, va a ser complicado que el resto de cosas lo vayan.
Además, si cuidas tu relación y sabes demostrarle la importancia que tiene para ti, es probable que tu pareja acabe convirtiéndose en tu mayor fan y tu mayor apoyo en cada carrera.
Yo he tenido la suerte de vivirlo y es lo mejor que me ha podido pasar. Es más, ahora ella también es parte del juego: ¡Está entrenando para ser triatleta!
Los amigos de toda la vida
Y, siguiendo con las cosas realmente importantes, están tus amigos de siempre. El triatlón es un deporte relativamente joven, así que es probable que, la gran mayoría de tus amigos de toda la vida, tengan por hobby cualquier otra cosa que no sea el trideporte.
Pero no significa que debas cambiar de amigos. De hecho, sería un gran error. Tener vida más allá del deporte es algo esencial; debería ser un mandamiento para todo deportista.
Es probable que tengas etapas donde te encuentres saturado, necesites desconectar o eches de menos esas cosas que hacías antes y tanto te gustaban, y que llevas tiempo sin hacer por culpa del deporte.
Tus amigos de siempre son fundamentales para mantener el equilibrio en tu vida. No descuides nunca tu relación con ellos.
Tu entrenador
En la búsqueda de la excelencia deportiva, la figura de un entrenador es, casi con total seguridad, la más importante. Con el tiempo, un entrenador acaba siendo mucho más que una persona que se dedica simplemente a planificar nuestros entrenamientos.
Si cuidas la relación con él, en el futuro tendrás un guía, un amigo y un confidente. El papel del entrenador va más allá de hacernos sufrir con unas series de consumo máximo en la pista.

Apoyarnos en los momentos en los que los entrenamientos no salen como queremos y escuchar nuestros lamentos, ayudarnos a establecer metas objetivas y no caer en la frustración, compartir y celebrar con nosotros los grandes resultados…todas estas cosas también forman parte de la relación de un entrenador con su pupilo.
Tu fisioterapeuta
Una relación de confianza con un fisioterapeuta ahorra muchos dolores de cabeza. Probablemente no des con la persona adecuada a la primera de cambio, ya sabes que “cada maestrillo tiene su librillo” y no tiene porqué gustarnos a todos.
Pero, cuando des con ella, cuando llegue el día en el que salgas súper contento de la consulta, empieza a cuidar esa relación como si fuera oro en paño.
Cada deportista y, sobre todo, cada cuerpo es diferente, y puede llevar mucho tiempo conocerlo y comprenderlo. Conocer cómo responde nuestro cuerpo, cuáles son nuestros puntos flacos o cómo podemos trabajar para prevenir lesiones necesita de una madurez deportiva que sólo se alcanza estableciendo una relación de confianza a largo plazo con un fisioterapeuta.
Tu ídolo deportivo
Todos necesitamos un espejo en el que mirarnos. En todos los aspectos de la vida. Pero, en el deporte, más aún si cabe. Tener un ídolo deportivo es tener una inmensa fuente de motivación para nuestro día a día como deportistas.
Seguro que en algún entrenamiento o carrera te ha venido a la cabeza una imagen trascendente de tu triatleta favorito. ¡Yo he estado en los metros finales de una serie y he pensado que era Noya peleando el sprint con Brownlee en Londres en 2013 para sacar fuerzas de donde no las había!
Y, ¿te cuento algo? ¡Funciona! Nuestros ídolos pueden convertirse en un auténtico chute de energía en los momentos más difíciles.