Cómo renunciar a tu propio camino para rendir al máximo
Foto: Judith Corachán / Instagram / Anb
Trucos y curiosidades / Cómo renunciar a tu propio camino para rendir al máximo

Cómo renunciar a tu propio camino para rendir al máximo

Dice Steve Magness que "el noventa por ciento del coaching consiste en ayudar a las personas a salir de su propio camino". Nos hemos convertidos en "maestros del autosabotaje" y nos hemos acostumbrado a "atascarnos en nuestras cabezas cuando deberíamos confiar en nuestros instintos". A veces de manera involuntaria, otras veces con algo de intencionalidad.

Esto sucede porque tenemos miedo a ser cuestionados. "Intentar hacer algo bien te expone. Te expone a la crítica y al cuestionamiento desde fuera. También tenemos miedo a cuestionarnos a nosotros mismos porque salir ahí afuera y enfrentarte a algo te obliga a "preguntarte si eres lo suficientemente bueno".

"Cada vez que hacemos algo en lo que hay un resultado concreto unido a nuestro nombre, nos hace vulnerables", explica Magness en The Growth Equation. Dudamos de si somos lo suficientemente rápidos o fuertes, de si tenemos las habilidades necesarias.

Plantear objetivos y desafíos nos obliga a enfrentarnos a la realidad, algo que, como especie, odiamos. "Es mucho más fácil vivir en un mundo en el que podemos decirnos a nosotros mismos que somos 'lo suficientemente buenos' en casi cualquier actividad que deseemos hacer, sin medirnos en términos concretos", apunta este experto en rendimiento.

El ego tiene un poder enorme sobre las personas. Da igual las pruebas que existan contra nosotros, él se encarga de racionalizar, justificar o explicar por qué no pueden ser ciertas. "Nuestro ego hace muchas cosas buenas por nosotros, actuando como un sistema inmunológico social que aleja las amenazas psicológicas. Pero esto funciona hasta que se interpone en el camino", dice Magness.

El autor de Peak Performance explica que existen varias formas en las que podemos autosabotearnos y desarrolla brevemente cuatro de las más comunes.

Una de ellas es la falta de preparación o la renuncia al esfuerzo. "Aunque tengamos un mal resultado, podamos irnos diciendo: 'Bueno, no lo he intentado realmente. Si lo hubiera hecho, habría sido difícil'.

Otra forma de autosabotaje es evitar la retroalimentación. "Vivimos en nuestra propia burbuja, eligiendo consumir información que valida nuestros puntos de vista y evitando cualquier cosa que pueda contar una narrativa contraria. A los líderes autoritarios les encanta este método".

Magness también nos habla del sesgo de autoservicio, que en resumidas cuentas significa atribuir nuestro éxito a factores internos y nuestros fracasos a factores externos. "Así, si ganamos, nos llevamos los elogios. Si perdemos, podemos culpar a los árbitros".

También existe "una comparación social descendente". ¿Qué quiere decir esto? Que colocamos a nuestro antojo nuestro punto de juicio: no medimos nuestro éxito con respecto a quienes están a un nivel similar, buscamos a quienes no lo están haciendo tan bien.

Aunque el instinto de la naturaleza humana es proteger nuestro ego, nuestro sentido del yo, esto es un enemigo peligroso para el rendimiento. "Nos lleva a todo tipo de puntos ciegos y también nos frena", comenta el experto.

¿Cómo podemos salirnos de nuestro propio camino y dejar de creernos nuestras propias mentiras? Estas son algunas de las estrategias de Steve Magness.

Dejar de lado el perfeccionismo

Todos estamos de acuerdo en que el trabajo duro es necesario para ser bueno en casi todo. Sin embargo, Magness advierte de que, "para las personas muy motivadas y motivadores, los niveles extremos de trabajo duro y dedicación, que a menudo culminan en el perfeccionismo, se utilizan para enmascarar nuestras inseguridades".

Además, se ha demostrado que el perfeccionismo puede llevar al sobreentrenamiento, por lo que no hay nada bueno en esto. "Sabemos que el cuerpo necesita descanso y recuperación para adaptarse y fortalecerse", recuerda el autor de Do Hard Things.

Sobreentrenamiento y sobrealcance
Foto: Biomecánica Martínez

"Trabajamos los fines de semana y a todas horas de la noche, cuando las investigaciones nos dicen que los emprendedores son más creativos cuando descansan. Vamos en contra de lo que es mejor gracias a nuestra propia inseguridad. No podemos dejar de trabajar, por miedo a perdernos o quedarnos atrás. Se necesita verdadera confianza y seguridad para dar un paso atrás".

A lo largo de sus años de trabajo Magness ha descubierto que "los individuos más resistentes son capaces de ir a por todas, de comprometerse con el trabajo duro cuando más importa, pero son igualmente capaces de apartarse cuando está claro que el trabajo duro adicional realmente perjudicaría en lugar de ayudar".

En este contexto, el experto en rendimiento ensalza el valor de "tener confianza en que lo que se siente como una pérdida a corto plazo (alejarse) resultará en una ganancia a largo plazo".

Desarrollar un ego silencioso

No necesitamos anular por completo nuestro ego, pero sí es interesante "amortiguarlo hasta un nivel razonable, para que deje de hacer sonar la alarma cuando no estemos realmente amenazados".

Es lo que se conoce como desarrollar un ego silencioso. Heidi Wayment, psicóloga social pionera en este campo, explicó a Scientific American, "el volumen del ego se baja para poder escuchar a los demás y a uno mismo en un esfuerzo por abordar la vida de forma más humana y compasiva".

Debemos mantener nuestro yo en equilibrio "aceptando la necesidad de confianza, pero siendo muy consciente de los puntos fuertes y débiles de nosotros mismos y de nuestras situaciones".

Deja de lado las actitudes defensivas y cerradas, ábrete a los demás y muéstrate receptivo. "Es tener la capacidad de alejarnos, ganar perspectiva y comprender que una pérdida a corto plazo suele ser parte de una ganancia a largo plazo". Autoconciencia, reflexión y sentido seguro de lo que se es.

Magness explica que las dudas y las inseguridades son normales, pero que "un exceso de actitud defensiva y protección son una señal de que tu ego es demasiado fuerte".

Adoptar la visión correcta del fracaso

Una reciente investigación en la que participó la federación olímpica suiza, los atletas más motivados de forma intrínseca tenían muchas más probabilidades de llegar al nivel internacional unos años más tarde.

Por otro lado, aquellos que adoptaron una mentalidad de miedo al fracaso tenían muchas menos probabilidades de llegar al siguiente nivel.

La solución, explica Magness, no pasa por convertir el fracaso en nuestro peor amigo, en algo "tan horrible que no queramos formar parte de él". La clave es "convertirlo en algo que no sea grande y aterrador".

Los mejores se diferencias del resto porque tienen la capacidad de tratar el fracaso como una oportunidad de aprendizaje. Este proceso crecimiento contribuye en gran medida a disipar el miedo que lo rodea.

"Cuando nos tomamos cualquier pérdida o actuación difícil como algo informativo, en lugar de personal, podemos afrontarlo racionalmente. No ataca nuestro sentido del yo. Recordarte a ti mismo que has fracasado en un solo partido es mucho más fácil de superar que cuando te ves a ti mismo, a tu persona, como un fracaso", explica Magness.

Salir de tu cabeza

El autor de The Passion Paradox explica que una de las formas en las que nos ahogamos es meternos al fondo en nuestra cabeza y no poder pensar en nada más. "Nuestras mentes se han aferrado a los detalles; han hecho zoom tan grande que no podemos ver ni pensar en nada más. La forma de salir de la propia cabeza es alejarse, crear perspectiva".

Para salir de aquí, tenemos diferentes caminos: podemos "recurrir a los demás, preguntando, o incluso imaginando, lo que nos puede aconsejar un amigo o un mentor" o "alejarnos temporalmente, preguntando cómo podría ser esta decisión dentro de cinco años". También plantear un cambio de la voz interior. "Pasar de la primera a la tercera persona crea una distancia psicológica que nos ayuda a afrontar y manejar mejor el malestar".

jan frodeno themagic5
Foto: THEMAGIC5

La ciencia también ha demostrado las posibilidades que ofrece nuestro entorno. "Dar un paseo por la naturaleza, o incluso ver fotos de maravillas naturales impresionantes, despierta la creatividad, nos hace ver las situaciones difíciles como un reto en lugar de una amenaza, y nos permite recuperarnos más rápidamente del estrés. La naturaleza amplía nuestra perspectiva".

Sea como fuere, si tu cerebro, tu cuerpo y tu entorno te dicen que el trabajo que tienes delante es lo único que importa en el mundo en este momento, aléjate. "Ganar perspectiva ayuda a crear claridad. Hace que tu cerebro salga de un estado de bloqueo, permitiéndote actuar como mejor sabes hacerlo".

"Es la razón por la que los mejores entrenadores de sprint del mundo dirán a sus atletas que 'piensen en los entrenamientos, pero cuando llegue el día de la carrera, apaguen su mente y confíen en el trabajo que han realizado'".

ARTÍCULOS RELACIONADOS