Ricardo Abad: 112K en cinta en 11h24 como homenaje al 112
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Ricardo Abad: 112K en cinta en 11h24 como homenaje al 112

El pasado 8 de abril la madre del ultrafondista Ricardo Abad recibía el alta en la Clínica San Miguel de Pamplona entre múltiples aplausos en un pasillo formado por sanitarios después de 13 días de ingreso y superar el COVID-19. En ese momento, el tafallés se hizo una promesa en agradecimiento a todos los héroes de esta pesadilla, médicos y sanitarios que luchan en primera línea cada día.

La promesa: 112 kilómetros en cinta

Y la promesa de Ricardo Abad no podía ser otra muy desencaminada a lo que ya nos tiene acostumbrados: correr 112 kilómetros en una cinta en honor y homenaje a todas las personas que están luchando por parar esto. Y así lo anunciaba el pasado 10 de abril a través de sus redes sociales:

Ricardo Abad empezaba su difícil reto pocos minutos después de las nueve y media de la mañana para intentar completar esos 112 kilómetros antes de las 20:00 horas, momento que España dedica a aplaudir a todos sus profesionales sanitarios. Ya advertía horas antes que, por riesgo de deshidratación y por miedo a que la cinta no aguantara tantas horas, tenía previsto llevar un ritmo entre 10 y 11 Km/h. “Crucemos los dedos”, escribió antes de empezar este difícil desafío.

Cumplidas las tres horas, Ricardo ya había completado 33 kilómetros y la pérdida de líquido era grande, como ya suponía. Además, la musculatura empezaba a acusar el esfuerzo. Llegó al ecuador de la prueba tras 5 horas y 20 minutos, hora de bajar un poco el ritmo por el bien mecánico de la cinta y por el suyo propio:

Tan solo faltaban 17 kilómetros para terminar el "Reto 112" cuando pasaban las siete de la tarde, con mucha fatiga y dolores musculares. Las caderas dormidas, pero siempre con fuerza y motivación. Un pequeño parón para hacer el aplauso, esta vez desde la cinta y afrontar los últimos kilómetros.

Al final, 11 horas y 24 minutos sobre el tapiz rodante, una tremenda deshidratación, 15 litros ingeridos y una pérdia de 2,1 Kg. Y una doble alegría, por el reto conseguido y por tener a su madre en casa.

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