
Ross Edgley nadará 3.200 kilómetros en 100 días rodeando Gran Bretaña
A Ross Edgley le ha dado últimamente por el agua. Pero no como le daría a cualquier persona normal, a Ross Edgley todo siempre le da a lo bestia. No nada una travesía, eso se le queda corto. Esta vez aspira a convertirse en el primer hombre en nadar rodeando toda la isla de Gran Bretaña. Esto, llevado a datos puros y duros supone enfrentarse a una travesía de 2.000 millas, o lo que traducido a kilómetros son 3.218 kilómetros de natación.
Ross Edgley, el hombre más fuerte de todo Reino Unido, a quien tal vez recuerdes por hazañas como hacer un triatlón de distancia olímpica cargado con un árbol de 45 kilos, terminar una maratón arrastrando un coche de 1.400 kilos, o recientemente nadar 102 kms en aguas abiertas arrastrando un tronco de 45kg en el Caribe, ha vuelto a la carga. Y esta vez se enfrenta no solo a la distancia, sino también a la madre naturaleza, a las mareas y a las inclemencias metereológicas británicas.

Desde el puerto de Morgate hasta el Tower Bridge de Londres
El pasado 1 de junio salía Ross Edgley desde el puerto de Margate, situado en el distrito de Thanet, en el condado de Kent. Irá nadando en sentido de las agujas del reloj, nadando diariamente durante seis horas cada día. Ross sólo se parará para dormir en su barco de apoyo, desde el cual trazará su ruta diaria e irá informando de sus trayectos completados. Su intención es no tocar tierra hasta llegar al Tower Bridge de Londres, aproximadamente 100 días después de empezar.
"Es el equivalente a nadar el Canal de la Mancha todos los días", dice Ross sobre el nuevo reto que se ha planteado, mientras arquea sus cejas como si tuviera que tomarse un segundo para darse cuenta de la locura que tiene por delante. "Pero sé que mi cuerpo puede aguantarlo; sé que puedo ser la primera persona en la historia en conseguirlo."
Pero la misión de Ross no es sólo llevar su propio cuerpo al límite, espera que su esfuerzo también anime a otros a salir de su zona de confort: "Quiero inspirar a la gente para que salgan y se desafíen a sí mismos - tal vez prueben su primera natación en aguas abiertas, se inscriban en un triatlón, o su primera carrera en el parque - encuentren algo de lo que no creían que eran capaces de hacer y comprueben que estaban equivocados".
El pasado mes de febrero intentó nadar desde Martinica hasta Santa Lucía arrastrando un tronco de 45 kilos. La corriente estuvo totalmente en su contra y le arrastraba una y otra vez de vuelta. Aunque Ross Edgley no llegóa la orilla, al final estuvo nadando durante más de 100 kms.

Mientras que el atleta que había dentro estaba contento con la hazaña, el aventurero que había en él tenía asuntos pendientes. Así que, se puso en contacto con los Royal Marines cuando volvió al Reino Unido y les preguntó si podía nadar durante 48 horas seguidas, sólo para ver cuáles eran las sensaciones. La natación fue muy bien y terminó haciendo 126 km. Uno de los marines mencionó la idea de nadar rodeando toda Gran Bretaña -algo que nunca se había hecho antes- y Ross Edgley pensó: "¿Por qué no?".
"Quiero completar la natación en 100 días"
"Mirando mis métricas de natación y comparándolas con las de la gente que había remado por toda Gran Bretaña, establecí 100 días como objetivo. Curiosamente, en muy malas condiciones, mis tiempos de natación en aguas abiertas son los mismos que los de los remeros. Un amigo mío llamado Sean Conway consiguió nadar recorriendo toda la costa de Gran Bretaña en 135 días. Quiero hacer más del doble de esa distancia en menos tiempo". Va a ser un verdadero encaje de bolillos con la madre naturaleza. En este caso no solo se trata de nadar duro, sino de nadar inteligente.
"No puedo tocar la orilla ni una vez"
Es otro de los mantras que se repite una y otra vez, "no puedo tocar la orilla", ni una sola vez; es necesario para que sea realmente una aventura". Necesitará olas no muy altas, corrientes predecibles, puntos de avituallamiento por todo el camino, que el clima juegue a su favor, suficiente exposición al sol para calentar el mar, pero no demasiado para no agotarse. El tiempo y las mareas tienen que jugar de su parte.