
Salud cardiometabólica: ¿qué es más importante, dieta o ejercicio?
La literatura científica define la enfermedad cardiometabólica como aquella provocada por los factores de riesgo llamados metabólicos: la obesidad abdominal, la hipertensión arterial, niveles altos de triglicéridos, niveles bajos de colesterol HDL -el colesterol “bueno”- y el “azúcar” en sangre (glucemia) por encima de valores recomendados.
La Fundación Española del Corazón explica que "la presencia de al menos tres de estos cinco factores se conoce como síndrome metabólico, y su base fisiopatológica se relaciona con la resistencia a la insulina y en muchos casos evoluciona a diabetes tipo 2".
Pero, tal y como señala dicha fundación, que trabaja en la prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante la educación sanitaria de la población, el síndrome metabólico no es sólo responsable de cardiopatías.
"Entre esas posibles consecuencias también se incluyen patologías como el ictus, la insuficiencia renal o el hígado graso", explica en su página web la FEC.
Todo esto como consecuencia de las alteraciones metabólicas, trombóticas e inflamatorias presentes en estos pacientes, en los que predomina la obesidad y las alteraciones de la glucemia. Es por ello que combatir los factores de riesgo es crucial en la prevención de patologías cardiometabólicas.
¿Y cuál es la forma más adecuada de combatir los factores de riesgo? Como sabemos, una dieta saludable y la práctica habitual de deporte son algunas de las herramientas más exitosas en lo que respecta a cuidar nuestra salud.

Sin embargo, aunque ambos factores son claves, y no debemos olvidar nunca la importancia de seguir buenas pautas alimenticias y realizar ejercicio físico regularmente, un estudio publicado recientemente en Frontiers in Nutrition ha demostrado que "una dieta muy baja en carbohidratos y alta en grasas mejora los marcadores de riesgo para la salud cardiometabólica más que el ejercicio en hombres y mujeres con sobrepeso".
Es la conclusión a la que llega este análisis secundario de un ensayo clínico controlado aleatorizado. El estudio tuvo como propósito examinar los efectos de una dieta muy baja en carbohidratos y alta en grasas (VLCHF) y un programa de entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) durante 12 semanas sobre los factores de riesgo cardiometabólicos en personas con constitución con exceso de grasa.
La importancia de la dieta en la salud cardiometabólica
En 2017, otro estudio publicado también en Frontiers ya apuntaba que "la restricción de hidratos de carbono disminuye la hiperglucemia posprandial, limitando las consecuencias metabólicas y cardiovasculares perjudiciales de las oscilaciones excesivas de la glucemia".
La investigación conjunta entre la Universidad de Columbia Británica y la Universidad de Toronto (Canadá) señalaba "los beneficios bien conocidos del ejercicio para mejorar la sensibilidad a la insulina". Además, explicaba que "el HIIT mejora rápidamente el control de la glucosa, la función endotelial y la aptitud cardiorrespiratoria" y lanzaba una hipótesis: la combinación de una dieta baja en carbohidratos y HIIT como estilo de vida "representa una intervención óptima para tratar la enfermedad metabólica".
Recientemente, 99 participantes han completado el estudio dirigido por Lukas Cipryan, de la Universidad de Ostrava (República Checa) y en la que ha participado Dan Plews, entrenador de Javier Gómez Noya.
Los sujetos fueron asignados aleatoriamente a un grupo HIIT (N=22), VLCHF (N=25), VLCHF+HIIT (N=25) o control (N=19) durante 12 semanas. Se recogieron muestras de plasma en ayunas antes de la intervención y después de 4 y 12 semanas.
Los desenlaces analizados incluyeron un hemograma completo, glucosa, insulina, hemoglobina glucosilada, triglicéridos (TG), colesterol y otros numerosos marcadores de la salud cardiometabólica.

Además, se calculó y analizó la evaluación del modelo de homeostasis de la resistencia a la insulina (HOMA-IR), la relación entre adiponectina y leptina, la relación entre triglicéridos y colesterol "bueno" y se midió la presión arterial se midió antes de la intervención, después de 4, 8 y 12 semanas.
Los investigadores observaron el mayor número de cambios tras las 12 semanas de estudio en el grupo VLCHF. Como conclusión, el estudio sugiere que "una intervención de dieta VLCHF de 12 semanas en individuos con constitución con exceso de grasa es efectiva para cambios favorables en el índice de resistencia a la insulina (HOMA-IR) en comparación con HIIT, relación Adpn/Lep y presión arterial diastólica".
Por otro lado, la publicación concluye que "el HIIT, o HIIT combinado con la dieta VLCHF, no tuvo beneficios adicionales para las variables analizadas".