
Sarah Piampiano, la triatleta que lo fue por una apuesta de bar, se retira
"Hice mi primer triatlón por culpa de una apuesta, en 2009". Así contaba, hace varios años, Sarah Piampiano cómo llegó a nuestro deporte.
La norteamericana, que a lo largo de once años de carrera profesional ha acumulado nueve triunfos en el circuito IRONMAN, y que en 2016 logró el séptimo puesto en el Campeonato del Mundo, llegó a nuestro deporte prácticamente por casualidad.
"Salí una noche de fiesta con un amigo de la universidad, y nos hicimos una apuesta sobre quién era capaz de acabar primero en un triatlón olímpico".
Por entonces Sarah no tenía una vida que invitase a pensar que ella sería la ganadora de la apuesta: empleada de un banco de inversión con sede en Wall Street, viajaba mucho, acumulaba muchas horas de estrés y, como ella misma relataba, "demasiados cigarrillos".

"Por suerte, gané la apuesta. Y eso cambió mi vida por completo", relataba. "Dejé de fumar en el acto y empecé a hacer ejercicio con regularidad".
A partir de ahí, una carrera meteórica que le llevó a ganar pruebas del calibre de IRONMAN Mar de Plata, IRONMAN Brasil o quedar segunda en IRONMAN Hamburgo o IRONMAN Western Australia -por delante de Gurutze Frades-.
En su palmarés también varias pruebas de media distancia como IRONMAN 70.3 Perú o IRONMAN 70.3 Couer d'Alene.
Sin embargo, según ha anunciado en sus redes sociales, es el momento de decir adiós. Apartada de la práctica profesional desde hace más de año y medio, cuando decidió ser madre, ha decidido dar un paso al lado y tomarse el deporte de otra manera.
La vuelta tras la maternidad, con las cosas mucho más claras
"Siempre dije que 2021 sería mi último año de carrera profesional", ha escrito en Instagram. "Pero también me veía volviendo tras el parto, pateando algunos culos y marchándome satisfecha de haber podido volver mejor que nunca".
"Sin embargo, mi regreso después del parto no fue así", se sincera. "Me di cuenta de que para mí iba a ser una progresión mucho más larga, lenta y dura de lo que había imaginado"
"Tenía muchas ganas de demostrar lo fuertes y capaces que somos las mujeres, que podemos ser madres y triatletas de nivel mundial, pero... en última instancia, mi deseo de dar todo en este deporte estaba disminuyendo", reconoce.
"Para ser la mejor, para honrar este deporte, creo que tienes que estar dispuesta a dar una parte de ti misma para la cual ya no estoy preparada, incluso si no tuviera un hijo".

Dos retos quedan por cumplir
Echando la vista atrás, a estos más de diez años de carrera profesional, Sarah se queda con dos objetivos a los que no pudo dar alcance: ganar el Campeonato del Mundo de IRONMAN -su mejor puesto fue la séptima plaza de 2016-, y lograr el Récord Americano de distancia IRONMAN.
"No conseguí ninguno de los dos", explica. En el caso del récord, lo más cerca que estuvo fue en 2018 con su victoria en IRONMAN Mar de Plata, donde paró el crono en 8:32:18. "Me quedé a apenas cuarenta segundos" relata ella misma.
"No obstante, perseguir estos dos retos, vivir los altibajos y en el medio, las relaciones que he creado con tantas personas, hacen que me vaya más realizada y satisfecha de lo que podría haber imaginado nunca", concluye.