
Sebastian Kienle sobre IRONMAN Nueva Zelanda: "Tuvo todo lo que uno puede desear y no desear en el deporte"
Este pasado fin de semana disfrutábamos del estreno, por partida doble, de la larga distancia internacional en este 2023. IRONMAN Nueva Zelanda y IRONMAN Sudáfrica eran las dos citas marcadas con rojo en el calendario.
En Taupo, la prueba estaba marcada por el comienzo del tour de despedida de Sebastian Kienle y por el último IRONMAN Nueva Zelanda de Cameron Brown, tras 25 años consecutivos en la línea de salida.
Tras competir por primera vez en su carrera en Oceanía, el de Scott se pasó por su canal de YouTube para reflexionar sobre una carrera que ha descrito como "una montaña rusa de emociones".
"Me pregunté si debía retirarme en la siguiente curva"
Kienle habla sobre la montaña rusa de emociones y pensamientos que experimentó durante la competición en Taupo.
La carrera, según Kienle, "tuvo todo lo que uno puede desear y no desear en el deporte". Explica que en las carreras de larga distancia, el cuerpo se va debilitando gradualmente hasta que llega un momento en que se rompe la barrera mental y aparecen los pensamientos negativos. "Este es el momento en el que realmente te desafías a ti mismo", dice Kienle.

El triatleta alemán admite que jamás había tenido pensamientos tan negativos como en su participación en IRONMAN Nueva Zelanda. Se preguntó por qué seguía haciendo esto y si realmente era importante obtener un resultado en la carrera. "Me pregunté si debería retirarme en la siguiente curva", dice Kienle. "Pero luego me di cuenta de que esto es lo que hacemos. Nos retamos a nosotros mismos para ver de qué somos capaces".
Kienle destaca la importancia del apoyo de los neozelandeses, quienes son francos y sinceros al momento de dar su opinión. "Los neozelandeses son gente increíble, muy amables y sinceros", dice Kienle. "No te dicen que te ves genial cuando pareces cansado y agotado".
Hay mucho más en la vida que los resultados deportivos
El triatleta también reflexiona sobre la importancia de seguir empujándose a sí mismo. "He entrenado mi mente para decirme una y otra vez que mi vida depende de los resultados", explica Kienle. "Pero luego te das cuenta de que hay mucho más en la vida que solo los resultados deportivos".
Sin embargo, Kienle también se da cuenta de su fuerza mental y de lo mucho que todavía tiene por aprender sobre sí mismo y el deporte después de casi 30 años de carrera. "La historia no está escrita todavía", dice Kienle. "Todavía tengo mucho por descubrir y por aprender".
La experiencia de Kienle en la carrera en Taupo fue una montaña rusa de emociones y pensamientos. Pero a pesar de los momentos difíciles, el triatleta destaca la importancia de seguir desafiándose a sí mismo y aprendiendo sobre sí mismo y el deporte.

Tras "una buena natación", el alemán asegura en sus redes sociales que tuvo "una actuación horrible en bici", inundando su cabeza de muchas preguntas.
"Me hice todas las preguntas que deberías haberte contestado antes de pisar la línea de una carrera como esta", explica un triatleta que se cavó a sí mismo "un agujero bastante profundo". Por suerte, la veteranía le sirvió para "construir una escalera para salir de él".
"Me sentí bien y luego mal otra vez". Pero el que fuera campeón del mundo de IRONMAN se las arregló "para luchar contra todas esas voces en mi cabeza que me decían que abandonara y llegué a la meta". Finalmente, fue 4º en una carrera con la que no está contento al cien por cien, pero que "fue una buena lección".

Sebi ha felicitado a los tres hombres del podio: el ganador Mike Phillips, el segundo clasificado Braden Currie y el tercero, Jan Van Berkel. "Tienes que aplaudir a los chicos que te ganaron, a todos los competidores que pasaron por lo mismo que tú, a los organizadores IRONMAN Nueva Zelanda, a los voluntarios y a los increíbles seguidores del recorrido: ¡sois la razón por la que me voy de Nueva Zelanda con una sonrisa en la cara!", se puede leer en su cuenta de Instagram.