
3 señales de que tu plan de nutrición no funciona
Puede que lleves un tiempo adaptándote a una nueva rutina nutricional para lograr un objetivo concreto, como perder peso o mejorar tu rendimiento deportivo. Incluso puede que sea simplemente porque has decidido llevar un modo de vida más saludable.
Muchos deportistas se encuentran de improvisto con un problema bastante frecuente y es que al cabo de un tiempo comienzan a sentirse mal, irritados o excesivamente cansados. Les hay que incluso sienten un apetito voraz durante todo el día. Y, aunque muchos lo achaquen a un posible cambio en el entrenamiento probablemente tenga más que ver con algún fallo en su estrategia nutricional.
A lo largo de este artículo descubrirás algunas de las señales que te manda tu cuerpo cuando no estás haciendo las cosas bien.
Cambios en el estado de ánimo o irritabilidad
Casi cualquier cambio en nuestra rutina, por pequeño que parezca, puede tener un gran impacto en como nos sentimos. Para bien o para mal, son sensaciones y sentimientos con los que debemos lidiar cuando incorporamos un nuevo hábito o comenzamos una nueva actividad y no siempre son señales positivas.
Aún así, si sientes que de pronto comienzas a irritarte con mayor facilidad o si tu estado de ánimo es más bien errático esto podría estar causado por tu alimentación.

Los niveles correctos de estrógeno están asociados con la regulación del estado de ánimo. Mientras que su déficit, junto con bajos niveles de testosterona, se relacionan con tasas más altas de depresión.
Como el cuerpo no es una máquina donde sustituyendo un componente esta vuelve a funcionar con normalidad, en cuanto al proceso de normalización hormonal quizás debamos disminuir el volumen de entrenamiento mientras aumentamos la ingesta de calorías y esperamos a que el cuerpo se vuelva a equilibrar.
No tienes control sobre la comida o tienes hambre todo el tiempo
Siguiendo la línea de los problemas de hormonas, en nuestro cuerpo existen dos diferentes que se encargan del apetito y la sensación de estar saciados: la leptina y la grelina.
Mientras que la grelina es la encargada de generar en el cuerpo la sensación que conocemos como hambre, la leptina se ocupa de todo lo contrario, de mandarle al organismo la señal de que ya es suficiente.
Si no ingerimos alimentos de calidad o nos falta algún tipo de nutrientes, alteraremos el correcto funcionamiento de estas hormonas sobre nuestro organismo. De hecho, si no llegas a los niveles necesarios de proteínas, grasas e hidratos para mantener los músculos y las células trabajando de manera correcta, veremos nuestro nivel de azúcar en sangre elevado, lo que deriva en tener hambre.
Por otra parte, en algunas ocasiones tendemos a imponernos restricciones absurdas sobre alimentos, o nunca has oído a alguien decir: “No puedo tener x alimento en casa porque me podría la tentación y me lo comería entero”.
Estas restricciones sobre alimentos que a priori se hacen para tratar de llevar una vida saludable a menudo juegan en nuestra contra. Es importante eliminar el estigma sobre los “alimentos malos” porque no existe tal cosa.
Cuanto antes empecemos a aceptar la realidad de los alimentos suprimiremos la frecuencia de los episodios de atracones y la respuesta de estrés y arrepentimiento que genera el cerebro tras consumir cierto tipo de alimentos. No tenemos por qué prohibirnos ningún alimento, pero si debemos racionar correctamente su ingesta
Estas más cansado de lo habitual
Cansarse es una parte fundamental del entrenamiento y de la adaptación a este. Pero si te sientes anormalmente cansado, sobre todo cuando estás tratando de terminar tu rutina de ejercicio, puede ser debido a que no le estas proporcionando a tu cuerpo algún nutriente necesario.

Un deportista con falta de carbohidratos, por ejemplo, verá sus niveles de cortisol y hormonas afectados. Además de que sus capacidades como correr a un cierto porcentaje de su VO2max pueden verse reducidas.
Mientras que uno que no este ingiriendo la cantidad adecuada de proteínas y sus niveles de vitaminas, como la b12, o el hierro sean bajos su organismo tendrá dificultades para producir glóbulos rojos y oxigenar los músculos.