Una bici de 11.000 pavos… O cómo mantener una familia si eres triatleta
Foto: Flickr // Bahrain Endurance 13
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Una bici de 11.000 pavos… O cómo mantener una familia si eres triatleta

Esta es la noticia. Primero pensé: Esto es de El Mundo Today. Pero en seguida imaginé que podía ser absolutamente real. La realidad siempre supera la ficción. No en vano, he trabajado en una tienda de triatlón y he podido observar el comportamiento humano desde el punto de vista de las necesidades y los deseos. Y la delgada línea que los separa y el equilibrio que implica hacer o no hacer según que inversiones.

Pero no es ese el tema del post, aunque sí el hilo conductor…

La historia se convierte en noticia un mes de noviembre, un mes marcado para muchos de los que estamos relacionados con el deporte y la actividad física por un bigote para la campaña #Movember que trata entre otras cosas, de sensibilizar hacia algunas de las enfermedades que afectan al hombre. Movimiento, inicialmente muy relacionado con los tipos de cáncer que nos afectan con más frecuencia (próstata y testículos), pero desde hace un tiempo, también con enfermedades mentales u otras relacionadas con los hábitos de vida no saludables. ¿Por qué todo esto, os preguntaréis? Porque es evidente que los hombres y las mujeres tenemos comportamientos característicos diferentes. Y uno de ellos tiene que ver con la prevención y comunicación.

¿O no es cierto que nos cuesta un huevo ir al médico si no estamos muy tocados? Ya no te digo si se tata de que "vean" cómo está nuestra próstata.

Edu, te estás yendo por los cerros de Úbeda, pensaréis. Bueno: “Los hombres no lloran” ¿Os suena? … Pensad en algunas de esas frases que han marcado vuestra infancia y que han reforzado algo tan sencillo como expresar o no vuestros  sentimientos. Si, sí. Sentimientos. Y compartirlos con tu pareja o familia o quien consideremos...

¿Cuántos de los que leéis Planeta Triatlón habéis tenido una conversación con vuestros padres relacionada con vuestros sentimientos? … Yo reconozco que no muchas. Y no es bueno ni malo. Nos separa una generación. La de currar de sol a sol para sacar una familia adelante y la de conquistar su tiempo de ocio y “elegir” qué hace con él. Con la crisis esto está cambiando (y no para bien en muchos casos), pero bueno, hemos conquistado algo. Ahora nuestros trabajos queremos que nos realicen y en nuestro tiempo libre queremos hacer triatlón y con el tiempo “necesitamos” una cabra, y poco a poco esa cabra es tan importante para nosotros como para los legionarios la suya.

Poner palabras a nuestros sentimientos… Hasta ahí quería llegar. Aunque haya dado una vuelta por #Movember. Aprovecho estas líneas para proponer que el año próximo Planeta Triatlón haga un equipo y contribuya a mejorar la salud masculina con Movember Foundation. Dicho queda Diego.

El ser humano hace muuuucho caso a sus emociones. Después la razón las justifica. Eso lo explicaba muy bien el Sr. Punset (antes de convencernos de que el pan de molde es natural)

Para trasladarlo al triatlón:

Uno se enamora de esa cabra de 11.000 € así... ¡pam! De sus curvas y sus rectas. Sobre todo de su aerodinámica. De un cambio electrónico que te hace volar ya en la tienda. De sus ruedas de perfil… etc.

En ese momento o unos segundos después, el cerebro (pero esta vez nuestra parte más racional) empieza a elaborar el argumentario de compra. ¡La necesito! Sé que con esa bici voy a mejorar en más de 20’ mi segmento de ciclismo en un half. Y en un full no lo quiero ni pensar.

En ese mismo momento, salta una alarma. Como cuando el coche marca aceite: ¿Cómo van a entender en casa que necesito esta bici?

He formulado así la pregunta intencionadamente. No. No lo van a entender.

Hay excepciones. Luego lo comentamos...

Lo habitual es que no lo entiendan. De ahí que el pago de la bici sea mejor dividirlo o hacerlo en efectivo. En paralelo empieza a coger cuerpo una opción: Me compro la cabra y no lo cuento.

Es una cagada. Lo sabes desde el mismo momento en que ese pensamiento asoma en tu mente como una estrella fugaz. Pero por algún motivo, lo llevas adelante. No siempre sale bien. Y a veces sale muy mal.

¿Las excepciones?

Pues yo las he conocido. Empezaba a escribir en Planeta Triatlón después de presentar una charla con tres tipos como Guillem Lladó, Jordi Matos y Marc Martinez. Entre los tres, 11 medallas Ironman Kona sobre una mesa. En el enlace y aquí os dejo la entrada de "La experiencia de Kona".

Y los tres destacaban que sin el apoyo, y comprensión de sus parejas sería imposible. Yo mismo bromeaba con ellos respecto de si iban a IKEA sin rechistar o si había algún truco. Intuyo que no. Comunicación.

  • Sólo si conoces la pasión que alimenta la vida de la persona que tienes al lado la puedes respetar y o compartir.
  • Por otro lado, sólo compartiendo desde la confianza y la honestidad tu pasión con la persona que te acompaña en la vida y entregándote con la misma pasión a tu familia que al triatlón puedes mantener en equilibrio tu ecosistema.

Imagina que tu pareja, hombre o mujer, sabe lo que para tí significa el deporte o el triatlón en tu vida. Mejorar como triatleta, pareja, madre o padre y profesional, a la vez, es el mayor reto.

¡Un saludo a los 100.000 apasionados del triatlón que se reúnen en este espacio!

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