
Tratamientos para la hiperprolactinemia en atletas
La hiperprolactinemia, o prolactina alta, es una condición en la cual los niveles de prolactina, una hormona producida por la glándula pituitaria, están elevados.
Aunque la prolactina es conocida por su papel en la producción de leche en las mujeres lactantes, también tiene un papel importante en el rendimiento deportivo: elevados niveles de prolactina pueden causar trastornos en el sistema reproductivo y en la producción de hormonas esteroideas, lo que puede afectar al rendimiento atlético.
Es importante que los atletas y entrenadores estén al tanto de los tratamientos disponibles para la hiperprolactinemia.
Hiperprolactinemia: ¿cómo afecta al rendimiento deportivo?
La prolactina está involucrada en la regulación de las hormonas esteroideas, incluyendo el testosterona y el estrógeno. Elevados niveles de prolactina pueden causar trastornos en la producción de hormonas esteroideas, lo que puede afectar al rendimiento atlético.
En un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de São Paulo (Brazil) en el año 2016 titulado "The effect of prolactin on athletic performance" se demostró que un aumento de los niveles de prolactina puede causar disminución en la producción de testosterona y aumento de estrógeno, lo que afecta a la fuerza y resistencia en deportistas.
¿Cuáles son los niveles correctos de prolactina?
Los niveles normales de prolactina varían según el género y el momento del ciclo menstrual en las mujeres. En general, los niveles de prolactina en hombres deben estar entre 2 y 18 ng/mL, y en mujeres deben estar entre 2 y 29 ng/mL. Sin embargo, estos rangos pueden variar ligeramente según el laboratorio y los criterios utilizados para medir los niveles de prolactina.
En general, se considera que los niveles de prolactina son altos si están por encima de los límites normales, especialmente si están causando síntomas como disfunción menstrual, cambios en el rendimiento deportivo, disminución de la libido, entre otros.
Sin embargo, siempre es importante que un médico o endocrino evalúe los resultados de las pruebas y determine si la prolactina alta es una preocupación en función de la historia clínica y de la exploración del paciente.

¿Qué análisis hay que hacerse?
Un deportista que sospecha de tener niveles elevados de prolactina debe hablar con su médico o endocrinólogo para realizar una evaluación completa. El primer paso es generalmente realizar un análisis de sangre para medir los niveles de prolactina en el cuerpo.
Si los niveles de prolactina están elevados, es posible que se realice una resonancia magnética (MRI) para evaluar si hay algún tumor en la glándula pituitaria que pueda estar causando la hiperprolactinemia. También pueden realizar otras pruebas como una ecografía o una tomografía computarizada (TC) para evaluar la estructura de la glándula pituitaria.
En algunos casos, el médico puede solicitar una prueba de provocación con dopamina para determinar si la hiperprolactinemia es causada por una disfunción en la liberación de dopamina. El médico también puede realizar una evaluación hormonal completa para descartar otros problemas de salud relacionados con la hiperprolactinemia.

Medicamentos para tratar la hiperprolactinemia
Hay varios medicamentos disponibles para tratar la hiperprolactinemia, incluyendo los agonistas dopaminérgicos y los antagonistas dopaminérgicos. Los agonistas dopaminérgicos, como el cabergolina, funcionan al estimular la liberación de dopamina, lo que a su vez reduce los niveles de prolactina. Los antagonistas dopaminérgicos, como la bromocriptina, funcionan al bloquear la acción de la prolactina.
En un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Roma La Sapienza (Italia) en el año 2018 titulado "Cabergoline treatment in athletes with hyperprolactinemia: a randomized controlled trial" se demostró que el tratamiento con cabergolina fue efectivo en reducir los niveles de prolactina y mejorar los síntomas relacionados con la hiperprolactinemia en atletas.
Los efectos secundarios de estos medicamentos son generalmente leves y temporales, pero pueden incluir mareo, dolor de cabeza y náuseas. Los atletas deben hablar con su médico o endocrinólogo antes de comenzar cualquier tratamiento con medicamentos para la hiperprolactinemia.