
La moda del vinagre de manzana en el fitness: ¿a qué se debe?
Cada cierto tiempo surge una nueva moda en torno al mundo del fitness que comienza a generalizarse, en ocasiones sin tener en cuenta la opinión de la comunidad científica. En ocasiones, estas nuevas tendencias suelen ser inocuas, pero debemos tener cuidado y consultar bien las fuentes y a los médicos para saber si podemos realizar ciertas prácticas.
Una de las nuevas inclinaciones dentro del fitness es la de tomar vinagre de manzana, el cual se dice que tiene propiedades beneficiosas en el organismo, como agente que actúa para bajar los niveles de glicemia o colesterol. Además de mejorar la respuesta de la insulina y los efectos de la microbiota intestinal.
A lo largo de este artículo veremos cual es la evidencia científica que existe detrás del uso de este condimento.
¿Cómo se genera el vinagre de manzana?
El proceso de obtención del vinagre se compone de dos pasos, similares a como se obtiene el alcohol. Primero se fermentan los azúcares de la manzana al ser expuestas a la levadura, convirtiéndolos en alcohol.
Mas tarde, a la solución obtenida se le agregan bacterias que fermentan el alcohol, transformándolo en ácido acético, el principal compuesto activo del vinagre.
Es decir, los beneficios vienen en su mayoría gracias al ácido acético, pero también de la “madre” del vinagre (hebras de proteínas, enzimas y bacterias beneficiosas) que se obtiene del vinagre de manzana orgánico no filtrado, dándole su característico aspecto turbio.

¿Qué dice la ciencia?
La gran ventaja que tiene el vinagre de manzana es que regula el pH en el cuerpo. Si sales a entrenar y, ya sea a causa del cansancio o de la temperatura, y tienes un calambre, puede ser síntoma de estar sufriendo un desequilibrio en el pH corporal, con bajadas de los niveles de potasio o magnesio.
El vinagre de manzana puede ayudar a equilibrarlo de nuevo gracias a los electrolitos con los que cuenta, que van directos a la sangre.
Por otro lado, Alireza Gheflati et al. (2019) probó en pacientes diabéticos el consumo diario de vinagre de manzana, resultando en una bajada de los niveles de glucemia en ayunas y los niveles de insulina HOMA (el que mide la insulinorresistencia).
De igual forma el metaanálisis de Amir Hadi et al. (2021) demostró que el vinagre de manzana también tenia un efecto positivo en el control de colesterol total, mejorando los niveles de colesterol HDL y la glicemia en ayunas.
También se experimentó su efecto en ratones, Hadjer Bouderbala et al. (2019) añadió vinagre de manzana a la dieta de cafetería (dieta occidental) de unos ratones y descubrió que su relación Firmicutes/Bacteroidetes (llevan a disbiosis intestinal) disminuyó a partir de la inclusión del vinagre en sus dietas.
De igual forma los sujetos bajaron su índice de masa corporal en un periodo de 90 días.

¿Qué conclusiones podemos sacar?
Incluir vinagre de manzana en nuestras dietas puede ser un gran aliado para mejorar nuestra microbiota intestinal y mejorar nuestro metabolismo, lo que a la larga puede ser un factor a tener en cuenta para ayudarnos a perder peso.
Pero no hay que olvidar que debe ser acompañado de ejercicio, reducir el consumo de harinas y otros ultraprocesados, consumir suficientes proteínas y dormir e hidratarnos lo suficiente.
Aunque como cualquier otro cambio o adición de elementos a nuestras dietas debemos consultar previamente con un especialista para asegurarnos que este condimento no afecta de manera negativa a nuestro organismo.
En el caso de personas que sufran patologías digestivas del tracto superior (gastritis activa, úlcera péptica) no es muy recomendable su consumo y deben preguntar de manera obligatoria a su médico para verificar su uso.